Cruel World (2005)

“Cruel World” (Cruel Mundo), dirigida por Rod Serling (sí, el mismo de *The Twilight Zone*), no es una película que se olvida fácilmente. La cinta, que podría considerarse un thriller psicológico con toques de horror ritual, se aferra a una atmósfera opresiva y perturbadora, fruto en gran parte de la maestría de Serling en la creación de una sensación de inquietud constante. La película, estrenada en 1966, se sitúa dentro de un periodo en el que el género slasher estaba en auge, pero "Cruel World" se distingue por su enfoque más sutil y por la exploración de temas como la obsesión, la manipulación y la fragilidad de la percepción. La historia, con un núcleo simple pero inquietante, sigue a un joven aparentemente inestable que, tras ser despedido de un programa de televisión, atrae a un grupo de estudiantes universitarias a su casa, prometiéndoles la fama y el estrellato. Pronto, se revela que esa promesa es una trampa mortal, ya que la única forma de perder el puesto en el programa es perder la vida.

La dirección de Serling es notablemente eficiente. Evita los sobresaltos innecesarios, optando por una construcción lenta y metódica de la tensión. Utiliza la iluminación, en particular el uso de luces bajas y sombras alargadas, para generar una sensación palpable de peligro inminente. La película no busca la espectacularidad visual, sino que se centra en las reacciones de los personajes ante la creciente desesperación. El apartamento, diseñado con un minimalismo austero y un ligero desorden que refleja la mente perturbada del protagonista, se convierte en un personaje en sí mismo, un espacio claustrofóbico donde la libertad y la esperanza se desvanecen progresivamente. La banda sonora, casi imperceptible, intensifica el ambiente de fatalidad inminente, trabajando a favor del suspense psicológico en lugar de interrumpirlo.

El núcleo de la película reside en la interpretación de su protagonista, interpretado por Stuart Whitman. Whitman ofrece una actuación sutil pero impactante, transmitiendo la incomodidad y la ambivalencia de un hombre que, en la superficie, parece en control, pero que, en realidad, está consumido por la paranoia y la necesidad de controlar a los demás. Sus ojos, a menudo inexpresivos, revelan un vacío interior y una determinación que se ve consumida por la locura. Las actrices, que compiten por un papel, también ofrecen actuaciones sólidas, especialmente Pamela Tiso, que personifica la vulnerabilidad y el miedo de las jóvenes atrapadas en la pesadilla de Whitman. No se trata de actuaciones heroicas o dramáticas, sino de rendiciones al horror que se sienten profundamente.

Sin embargo, la película no está exenta de imperfecciones. El guion, aunque efectivo en la creación de la atmósfera, puede resultar algo repetitivo en algunos momentos y la resolución, aunque lógica, no es particularmente sorprendente. Además, al ser una película de finales de los 60, se nota un cierto conservadurismo en la representación de las mujeres, aunque esto se puede atribuir al contexto de la época. No obstante, "Cruel World" es una experiencia cinematográfica inquietante y memorable que, a pesar de sus limitaciones, sigue siendo un ejemplo interesante de cómo se puede generar suspense psicológico sin recurrir a la violencia explícita. La película se queda contigo mucho después de los créditos, invitándote a reflexionar sobre la naturaleza del poder, la obsesión y los límites de la cordura.

Nota: 7/10