Crueldad intolerable (2003)

“Crueldad Intolerable” (Intolerable Cruelty) es una comedia negra que, tras décadas de espera en el catálogo de Netflix, ha recuperado su lustre y, a mi juicio, se presenta como una joya atemporal de la comedia de los 90. La película, dirigida por Joel Schumacher, no se limita a ofrecer situaciones hilarantes, sino que además, subraya una crítica social sutil pero incisiva sobre la corrupción y la manipulación en el mundo de los ricos. Y lo hace con una elegancia y una inteligencia que se han desvanecido en muchas comedias modernas.

La premisa, a simple vista, podría parecer predecible: un abogado de divorcio, Miles Massey, interpretado magistralmente por George Clooney, se ve envuelto en una compleja red de engaños y traiciones cuando se pone a cargo de la defensa de Marylin Rexroth, la esposa de un poderoso constructor. Sin embargo, Schumacher y el guionista Donald Peterman, con quien Clooney colaboró en “Shampoo”, elevan la historia más allá de la simple comedia romántica. La película no se preocupa por ofrecer un romance convencional, sino que explora la dinámica de poder entre los personajes y la manera en que la avaricia y la ambición pueden distorsionar la realidad. La trama, en su núcleo, es una exquisita sátira sobre la clase alta y sus valores.

Clooney, en un papel que parece diseñado para él, ofrece una interpretación brillante y, a veces, inquietantemente sutil. Captura a la perfección el cinismo y la desilusión de Miles, mostrando un hombre que ha vendido su alma al éxito y que, paradójicamente, empieza a cuestionar sus propios principios cuando se enfrenta a Marylin. Diane Lane, como Marylin, aporta una ternura y un encanto inesperados a su personaje, contrapuesto al arquetipo de la femme fatale. La química entre ambos actores es palpable y fundamental para el éxito de la película. Robert Duvall, como el viejo y astuto abogado de Doyle, ofrece un rendimiento impecable, añadiendo una capa de ironía y sabiduría a la historia. La dirección de Schumacher es precisa y efectiva, creando un ambiente de lujo opulento que contrasta con la corrupción y la manipulación que se esconden bajo la superficie.

La película se beneficia enormemente de su guion inteligente y de sus diálogos agudos y punzantes. Las conversaciones entre los personajes están repletas de ingenio y subtexto, y las situaciones cómicas se construyen sobre una base de lógica implacable. “Crueldad Intolerable” no rehúye del negro humor, pero lo utiliza con moderación, reservándolo para aquellos momentos en los que el contraste con la elegancia y el glamour de la historia es más impactante. Es una comedia que hace pensar, que te hace reír y que, a la larga, te deja con una sensación de amargura reflexiva. La banda sonora, con piezas de jazz y música clásica, complementa a la perfección la atmósfera de la película. Un clásico que, a día de hoy, sigue siendo tan divertida y relevante como cuando se estrenó.

Nota: 8.5/10