Cryptozoo (2021)

“Cryptozoo” es una película que, en lugar de buscar una espectacularidad visual o una trama vertiginosa, se aferra a una atmósfera inquietante y a una exploración conceptual que resulta, paradójicamente, muy efectiva. Dirigida por Ben Wheatley, este es un trabajo que se aleja de sus incursiones en el terror más visceral y se adentra en la cruda lógica de una sociedad en busca de lo inexplicable, lo que produce un resultado profundamente perturbador y memorable.

El guion, adaptado de un relato de Charles Fort, es la columna vertebral de la película. No se centra en el "cómo" de la captura de la criatura, sino en el "por qué" de la obsesión. La trama se desarrolla a través de las conversaciones entre los criptozookeepers, personajes creíbles y atormentados por sus propios dilemas morales. No hay héroes ni villanos claros, solo individuos que luchan con el peso de un conocimiento prohibido y la posibilidad de que lo que buscan – una criatura que se alimenta de sueños – sea algo que, en última instancia, sería mejor que permaneciera en el inconsciente colectivo. Wheatley consigue una tensión palpable a lo largo de la película, no mediante sustos repentinos, sino a través de la construcción gradual de la paranoia y la desconfianza entre los personajes. La idea central, de que la búsqueda de lo desconocido puede corromper el espíritu, se mantiene con una constancia refrescante y se explora con inteligencia.

Las actuaciones son excepcionales. Rhys Ifans, como el criptozoólogo principal, domina la pantalla con una intensidad silenciosa y un aire de creciente desesperación. Eleanor Holmes, como la investigadora que se une a su equipo, aporta un contrapunto de razonamiento científico que contrasta fuertemente con la obsesión de sus compañeros. La dinámica entre ambos personajes, marcada por la cautela y el cuestionamiento, es uno de los puntos fuertes de la película. Sin embargo, no se puede negar el poder de la interpretación de Alex Lawther, que ofrece una representación escalofriante y perturbadora del personaje más perturbado del grupo, un hombre consumido por la locura y la certeza de que está al borde de descubrir la verdad. Sus actuaciones, especialmente, contribuyen significativamente a la atmósfera general de la película.

Visualmente, "Cryptozoo" no es una película grandilocuente, pero su estética logra crear un ambiente único y profundamente inquietante. La fotografía, con sus tonos apagados y la utilización frecuente de la luz natural, refuerza la sensación de aislamiento y de que se encuentra en un lugar fuera de tiempo. La ambientación, en la cima de una montaña inhóspita, contribuye a la sensación de estar en un espacio que no está sujeto a las normas de la realidad. La película, en su conjunto, juega con el espectador, obligándolo a cuestionar la naturaleza de la realidad y a considerar la posibilidad de que la verdad sea mucho más compleja y aterradora de lo que imaginamos.

Nota: 7/10