“Cuckoo” (2009) no es una película que te deje a un lado, sino que te atrapa desde el principio y te mantiene al borde del asiento hasta el inevitable, aunque previsible, final. Esta película alemana, dirigida por Ferdinando Härter, es una perturbadora mezcla de thriller psicológico, horror rural y misterio histórico, con un toque gótico que evoca la atmósfera densa y opresiva de las montañas. El film consigue generar un ambiente de inquietud palpable, gracias en gran medida a la dirección de Härter, quien domina el ritmo y la paleta de colores, utilizando la luz natural y las sombras para intensificar la sensación de amenaza inminente.
El guion, aunque no necesariamente innovador, es sólido y logra mantener un equilibrio entre lo que se revela y lo que se deja entrever. La historia de Gretchen, interpretada con una fragilidad convincente por Juliane Oettinger, es gradual y se basa en la construcción de la tensión a través de la observación de detalles inquietantes. La película se centra en la atmósfera y en el estado mental de Gretchen, lo cual se refleja en la inquietante banda sonora, que es mucho más que una simple acompañamiento musical; se convierte en un personaje más dentro de la historia. El misterio que rodea al balneario y a sus habitantes es intrigante y se va revelando a través de flashbacks y encuentros con personajes que parecen deshojar sus miserias con un retraso doloroso.
La actuación de Oettinger es fundamental para el éxito de la película. Su interpretación es natural y emotiva, lo que permite al espectador conectar con el trauma y la desorientación de Gretchen. Los actores secundarios, en su mayoría intérpretes locales, aportan una autenticidad que refuerza el ambiente rural y el tono inquietante de la película. Destaca especialmente el papel del médico del pueblo, interpretado por un Hans Peter Henne, que irradia una mezcla de sospecha y desesperación. La película explora temas de culpa, secretos familiares y las consecuencias de los actos del pasado, sugiriendo que el horror no reside solo en lo que se ve, sino también en lo que se ignora.
Sin embargo, la película no está exenta de debilidades. El ritmo, a pesar de la efectiva construcción de la tensión, puede sentirse pausado en algunos momentos, y el final, aunque satisfactorio en su resolución de misterios, carece de la profundidad y el impacto emocional que el resto de la película promete. Además, algunas de las visiones de Gretchen, aunque visualmente impactantes, pueden sentirse un poco forzadas y repetitivas. No obstante, "Cuckoo" es un thriller psicológico que vale la pena ver por su atmósfera opresiva, su actuación sólida y su exploración de temas oscuros. Es una película que te quedará en la mente mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar, generando preguntas y reflexiones sobre la naturaleza del horror y la fragilidad de la memoria.
Nota: 7/10
