Cuentos de Halloween (2015)

“Cuentos de Halloween” no es una película que redefine el género de terror, pero sí logra crear una atmósfera inquietante y entretenida, ofreciendo una experiencia nocturna que se disfruta con la compañía adecuada. La idea central, un microcosmos suburbanio expuesto a una invasión de horrores provenientes de otras dimensiones y de la propia historia, es inteligente y abre la puerta a la construcción de una narrativa fragmentada, con cada historia sirviendo como un vistazo a lo que acecha bajo la superficie apacible de la vida cotidiana. Aunque la premisa no es original, la forma en que se ejecuta la logra ser efectiva y, a veces, bastante perturbadora.

La dirección de Scott Derrickson (conocido por su trabajo en “Inflicted” y “Rosemary’s Baby”) se centra en la construcción del suspense y la tensión. Derrickson no se apega a los jumpscares baratos, sino que opta por un terror psicológico, con imágenes inquietantes y una banda sonora que, en momentos clave, logra generar una sensación de opresión y desesperación. La película utiliza con maestría el contraste entre la tranquilidad de la noche de Halloween y los eventos horripilantes que se desatan. Los planos lentos, los primeros planos intensos y el uso de la oscuridad contribuyen significativamente a la atmósfera general. Sin embargo, la película podría haber sacado más partido a esta atmósfera, concentrándose un poco más en algunas de las historias más prometedoras.

El elenco es variado y, en su mayoría, competente. Amy Sherman, como la esposa de un policía, ofrece una actuación sólida y creíble como un personaje normal que se ve obligado a enfrentarse a lo inexplicable. Michael Rooker, con su habitual carisma, está especialmente bien en su papel de un hombre perturbado por la pérdida y atormentado por el pasado. No obstante, el guion, escrito en gran medida por Derrickson y Raphael Bob Orr, a veces sacrifica el desarrollo de los personajes en favor de avanzar la trama. Es evidente que el enfoque principal está en las historias individuales, lo que a veces resulta en personajes poco profundos, casi meros vehículos para la acción o el horror. A pesar de esto, algunas de las historias son sorprendentemente complejas y se atreven a explorar temas como la culpa, el trauma y la fragilidad de la realidad.

La película no es perfecta. La edición a veces resulta confusa, especialmente al conectar las diferentes historias, y el ritmo puede ser irregular. Sin embargo, la película logra crear una sensación de inquietud duradera. El manejo de las diferentes formas de terror –desde lo demoníaco hasta lo extraterrestre y lo sobrenatural – es lo suficientemente diverso para mantener al espectador interesado, y la inclusión de elementos de folklore americano añade una capa de interés cultural. “Cuentos de Halloween” es una película que se disfruta mejor si se ve en una noche oscura, acompañada de palomitas y, quizás, de un compañero de confianza, porque, como la propia película sugiere, la noche es lo que más te acecha.

Nota: 7/10