“Cuestión de Justicia” (Just Mercy) no es simplemente un relato judicial, sino un profundo y desgarrador retrato del abuso de poder, la desigualdad racial y la persistencia de la esperanza en un sistema legal frecuentemente ciego a la verdad. La película, dirigida por Destin Daniel Cretton, se basa en la vida y el trabajo de Bryan Stevenson, un abogado extraordinario que ha dedicado su vida a luchar por la justicia para aquellos que no la tienen. Y lo hace con una honestidad brutal que te golpea en el estómago.
La película se centra inicialmente en el caso de Walter McMillian, un hombre negro injustamente condenado a la muerte por el asesinato de una joven blanca en Alabama. El guion, meticulosamente investigado, te sumerge en la atmósfera de esa época y lugar, transmitiendo la sensación opresiva del racismo estructural y la desconfianza palpable entre las comunidades. La película no se limita a presentar el caso como una mera investigación legal; se adentra en las vidas de las personas afectadas, mostrando el impacto devastador de la injusticia en familias enteras. La construcción del personaje de Walter, interpretado magistralmente por Michael Shannon, es particularmente conmovedora. Shannon logra transmitir la desesperación y la inocencia de un hombre que, a pesar de todo, mantiene la dignidad ante la injusticia.
La dirección de Cretton es firme y elegante, construyendo una narrativa que se centra en la humanidad detrás de la ley. Se evita la sentimentalidad gratuita, optando por un enfoque realista que, a pesar de sus momentos difíciles, respeta la complejidad de la situación. Las actuaciones son, en su totalidad, excepcionales. Jamie Foxx, como Bryan Stevenson, ofrece una interpretación que va más allá de la simple representación biográfica, capturando la tenacidad, la inteligencia y la profunda empatía del personaje. Su evolución a lo largo del film es palpable, mostrando cómo la frustración y el desánimo se combinan con una convicción inquebrantable.
Sin embargo, “Cuestión de Justicia” no es una película fácil de ver. Aborda temas delicados y dolorosos, como la aplicación selectiva de la ley, las falsas acusaciones y el impacto del racismo en el sistema judicial. La película no ofrece soluciones simplistas ni promesas de justicia inmediata, sino que, en cambio, nos invita a reflexionar sobre la importancia de la defensa legal, la necesidad de cuestionar el sistema y la responsabilidad de cada individuo de exigir un trato justo. La banda sonora, en consonancia con el tono, añade una capa de profundidad emocional a la narrativa. Más allá del caso de Walter McMillian, la película plantea preguntas universales sobre la justicia, la moralidad y la necesidad de luchar contra la impunidad.
En definitiva, "Cuestión de Justicia" es un documental dramático que requiere atención y reflexión. Es un testimonio poderoso sobre la fuerza de la voluntad humana, la importancia de la defensa legal y la lucha constante contra la injusticia.
Nota: 9/10