Dale duro (2015)

“Dale duro” (aka “Get Hard”) es una comedia negra que, a primera vista, parece una simple sátira sobre la cultura de la cárcel y el impacto de la cadena en la percepción de la vida. Sin embargo, la película de Stephen Chbosky, y en gran medida guiada por la química entre Will Ferrell y Kevin Hart, logra ir más allá de la superficie, ofreciendo reflexiones sutiles y, en ocasiones, sorprendentemente agudas sobre la justicia, la identidad y la búsqueda de redención. Aunque no alcanza la grandilocuencia de sus objetivos, la película cuenta con momentos genuinamente divertidos y un núcleo emocional que resulta más impactante de lo que se esperaría de un género tan propicio para la parodia.

La dirección de Chbosky se mantiene cautelosa, evitando caer en el exceso de clichés del género. Se centra en la relación entre James King (Ferrell) y Earl Hartley (Hart), construyendo una dinámica de mentor y aprendiz que se basa en la desconfianza inicial y la frustración mutua. La película no se dedica a ridiculizar excesivamente la vida en prisión, sino que, a través de situaciones cómicas, intenta mostrar cómo las expectativas generadas por la televisión y la cultura popular distorsionan la realidad. La puesta en escena, aunque sencilla, es efectiva, transmitiendo de forma convincente el ambiente claustrofóbico de las cárceles y la sensación de aislamiento.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Will Ferrell, como siempre, ofrece un rendimiento magistral, logrando un equilibrio perfecto entre la comedia slapstick y la vulnerabilidad emocional. Su interpretación de un hombre rico y mimado que se enfrenta a su propia ignorancia y fragilidad es especialmente convincente. Kevin Hart, por otro lado, brilla con luz propia, demostrando una versatilidad y un carisma que lo consagran como uno de los cómicos más talentosos de la actualidad. La interacción entre ambos actores es el corazón de la película, y su complicidad, que crece a lo largo del metraje, es palpable y divertida.

El guion, en general, es sólido, aunque presenta algunos momentos de previsibilidad. La trama, aunque predecible, se sustenta en una premisa interesante: la desorientación de un hombre privilegiado al enfrentarse a las durezas de la prisión. Sin embargo, la película logra añadir profundidad a la historia al explorar temas como la moralidad, la identidad y la búsqueda de la autenticidad. La escritura se vale de la comedia para abordar cuestiones más serias, ofreciendo, en ciertos momentos, una mirada crítica hacia el sistema judicial y la cultura de la condena.

A pesar de sus defectos, “Dale duro” es una comedia entretenida que ofrece momentos de risa genuina y reflexiones interesantes. Es un filme que, más allá de la comedia, invita a la reflexión sobre los límites de la justicia, la importancia de la autenticidad y la capacidad humana para adaptarse y sobrevivir incluso en las circunstancias más adversas. No es una obra maestra, pero sí un entretenimiento bien construido, con actuaciones destacadas y un mensaje, si bien sutil, que vale la pena considerar.

Nota: 7/10