Dalej jazda! (2025)

“Dalej jazda!” es mucho más que una simple comedia familiar; es una inyección de vitalidad y, quizás, una leve dosis de nostalgia para aquellos que recuerden la rebeldía de la juventud. La película, dirigida por Małgorzata Rożniatowska, se presenta como una aventura inesperada, un torbellino de situaciones cómicas y momentos de profunda emoción que atrapa al espectador desde el primer minuto. La premisa, que sigue a una pareja de jubilados que, sin importarle lo que piensen los demás, deciden robar un coche clásico, el Nysa, y emprender un viaje por toda Polonia, podría haber sido predecible. Sin embargo, Rożniatowska y su equipo la elevan a algo que va más allá de la mera diversión superficial.

Lo que realmente distingue a “Dalej jazda!” es su habilidad para construir personajes memorables y con los que el público se puede conectar instantáneamente. Marian Opania y Wiktor Zborowski, como Józiek y Marian, la pareja de jubilados protagonistas, ofrecen interpretaciones absolutamente creíbles. Sus dinámicas, a menudo tensas pero siempre permeadas de cariño, son el corazón de la película. La química entre los actores es innegable y se nota en cada escena, en cada mirada, en cada broma. Małgorzata Rożniatowska ha logrado captar a la perfección la complejidad de las relaciones familiares, mostrando tanto los momentos de alegría y complicidad como aquellos donde resurgen viejas heridas. El resto del elenco, especialmente Bartłomiej Firlet como el hijo de la pareja, aporta un equilibrio perfecto al grupo.

El guion, adaptado de la novela homónima de Slawomir Mrożek, es una joya. Si bien la trama central - el robo del coche - es sencilla, la película se llena de situaciones absurdas, diálogos ingeniosos y reflexiones sobre la vida, la familia y el paso del tiempo. La película no teme a la comedia al límite, con momentos que rozan lo ridículo, pero siempre con un mensaje subyacente de amor y aceptación. La dirección de fotografía es exquisita, capturando la belleza de la Polonia rural y los contrastes entre el pasado y el presente. La banda sonora también contribuye significativamente a crear la atmósfera particular de la película, combinando melodías nostálgicas con ritmos vibrantes.

“Dalej jazda!” no es una comedia para todos los gustos, es cierto. Requiere una mente abierta y una disposición a dejarse llevar por la imprevisibilidad de la trama. Pero si buscas una película que te haga reír, que te haga pensar y que te conecte con las emociones humanas, esta es una excelente opción. Es una película que te recuerda que la vida es un viaje, y que nunca es tarde para reírse y para amar. La película no busca ofrecer respuestas fáciles, sino más bien, invita a la reflexión sobre la importancia de vivir plenamente cada momento, sin importar las circunstancias.

Nota: 8/10