“Dame 10 razones” es una pequeña joya inesperada, un drama humano con un toque de frescura que, contrariamente a lo que sugiere su premisa, no se reduce a una mera comedia de enredos. La película, dirigida por el relativamente desconocido Nicolás Díaz, logra una notable elegancia en la forma de contar una historia que, en principio, podría haber sido cliché y superficial. La elección del actor protagonista, Julian Serrano, para el papel de Him, es, en gran medida, un acierto. Serrano ofrece una actuación sutil pero poderosa, transmitiendo la desesperación y la auto-compasión de un actor que ha perdido su brillo, pero que aún busca algo en que creer. No se trata de un Him histriónico, sino de un hombre desgastado por la fama y el fracaso, vulnerable y a la vez con una chispa de vitalidad que emerge cuando se conecta con Scarlet.
La relación entre Him y Scarlet, interpretada de forma excepcionalmente natural por Lucía Mendoza, es el corazón palpitante de la película. No se trata de una atracción romántica convencional, sino de una conexión genuina basada en la empatía y la curiosidad mutua. Ambos personajes, Him y Scarlet, se encuentran en momentos de transición, cada uno buscando un sentido a su vida y encontrándolo en la compañía del otro. Mendoza aporta una vitalidad y una autenticidad al papel, luciendo como una fuerza del trabajo honesta y con mucho carácter. La química entre ambos actores es el pilar fundamental de la narrativa y la sostiene con una fuerza sorprendente. La dirección de Díaz sabe capturar esos pequeños momentos de complicidad y de intercambio de ideas, creando escenas que resuenan con una verdad conmovedora.
El guion, escrito por Díaz y Diego Ramírez, es inteligente y evita los clichés del género. No se basa en gags fáciles o en situaciones absurdas. La película se centra en la observación de personajes y en la exploración de temas como la soledad, la identidad y el significado del trabajo. La ambientación en el supermercado, un lugar cotidiano y aparentemente insignificante, se convierte en un microcosmos de la sociedad, donde se reflejan las vidas de personas de diferentes orígenes y clases sociales. La banda sonora, compuesta por Martín Pérez, complementa a la perfección la atmósfera melancólica y reflexiva de la película, con piezas instrumentales que evocan la nostalgia y la esperanza. La película, aunque con un ritmo pausado, consigue mantener el interés del espectador a través de sus personajes y sus diálogos, que son honestos y bien escritos. El final, deliberadamente ambiguo, invita a la reflexión y a la búsqueda de respuestas, dejando al espectador con una sensación de satisfacción y con la certeza de que ha presenciado una historia digna de ser contada.
“Dame 10 razones” no es una película que te dejará boquiabierto por efectos especiales o por escenas de acción. Es una película que te tocará el corazón con su sencillez y su profundidad. Es un recordatorio de que la verdadera conexión humana puede encontrarse en los lugares más inesperados y que la vida, en su esencia, es un viaje de descubrimiento constante. Es una obra que merece ser vista y valorada.
Nota: 8/10