“Damiselas en apuros” (The Help, 2011) no es simplemente una comedia romántica con toques de drama social; es una película que, a pesar de algunas fallas, logra generar un debate importante sobre raza, prejuicios y la búsqueda de la identidad en el sur de Estados Unidos durante la década de 1960. La película, dirigida con una sensibilidad notable por Tate Taylor, va más allá de la superficie, ofreciendo una mirada honesta, aunque a veces simplificada, a una época crucial de la historia estadounidense.
La fuerza principal de la película reside en sus personajes femeninos. Viola Davis, como Celia, es absolutamente deslumbrante. Su interpretación es cautivadora, cargada de matices y una profunda tristeza que se refleja en cada mirada. Allison Janney, como Misdemead, aporta un humor negro y una vitalidad sorprendente. La química entre estas tres actrices es palpable y fundamental para el éxito de la historia. El resto del elenco secundario, incluyendo a Octavia Spencer como Eudie, también brilla con sus interpretaciones, cada una contribuyendo a enriquecer el tejido de la narrativa. Las actuaciones, en general, son sólidas, pero, si se comparan con la calidad del guion, a veces parecen algo desprovistas de la profundidad emocional que la historia requiere. La dirección de Taylor sabe capturar la atmósfera del sur de Mississippi, transmitiendo el calor de la comunidad y el peso de la discriminación.
El guion, escrito por Ron Shelton y Michael Hoffman, presenta una estructura sencilla pero efectiva. La trama se centra en las relaciones entre las jóvenes aspirantes a diseñadoras y los azafates negros que sirven en los restaurantes locales, y la manera en que estas últimas, enfrentando el racismo institucionalizado, deciden revelar sus experiencias. Aunque la película aborda temas complejos como la segregación racial, el prejuicio y la lucha por la igualdad, a veces recurre a clichés y simplificaciones. Algunos momentos de humor podrían parecer forzados, y la historia del pretendiente de Evelyn (Emma Stone) – aunque entretenida – diluye, en cierto modo, el foco principal de la película. La película es consciente de su propósito y, por lo tanto, evita profundizar en la complejidad de la situación, optando por un mensaje más directo y accesible. El ritmo, en general, es adecuado, permitiendo que las emociones se desarrollen sin sentirse apresurados.
La película tiene una importancia cultural significativa, no solo por su éxito de taquilla, sino también por su capacidad para generar conversaciones sobre la historia del racismo en Estados Unidos. Si bien podría haber sido más ambiciosa en su análisis, “Damiselas en apuros” es una película conmovedora y entretenida que, en última instancia, celebra la valentía, la amistad y la búsqueda de la identidad. Es una película que invita a la reflexión y a la empatía, y que, a pesar de sus imperfecciones, merece ser vista y discutida.
Nota: 7/10