Dando la nota: aún más alto (2015)

“Dando la nota: aún más alto” no es una película que redefine el género del a capella, pero sí que ofrece una dosis bienvenida de optimismo y la confirmación de que, a veces, las amistades y la resiliencia son más potentes que cualquier competición. La película, a la larga, se convierte en un homenaje a la importancia de la comunidad y al valor de las relaciones personales, aunque para ello necesita superar algunas trampas narrativas.

La dirección de Phil Rodríguez se mantiene en un terreno seguro y familiar. La película evoca el espíritu de las anteriores entregas de la saga, utilizando la música como el eje central de la historia. Las escenas musicales, coreografiadas con precisión y disfrutando de la energía contagiosa de las Barden Bellas, son, sin duda, el punto fuerte. Sin embargo, el ritmo, a veces, se vuelve un tanto predecible y se apoya demasiado en clichés del melodrama adolescente. Hay momentos, especialmente durante las escenas musicales, donde la película se pierde en la exuberancia visual, sacrificando un poco de profundidad emocional.

El elenco cumple con las expectativas. Ane Dove, como Beca Mitchell, continúa demostrando su capacidad para interpretar la complejidad de un personaje que, a pesar de su aparente perfección, se enfrenta a dudas y inseguridades. El resto de las Bellas –Olivia Ross, Sara Bareilles y Nicola Reyes– también ofrecen un buen trabajo, aunque sus personajes, en general, no alcanzan el mismo nivel de desarrollo. Sin embargo, la incorporación de la hija de una antigua componente, Erin, interpretada por Isabel Durant, añade una capa de dinamismo y un conflicto interno interesante al grupo. La química entre las actrices es palpable, lo que se traduce en una representación creíble de la amistad y la rivalidad que las une.

El guion, aunque entretenido, presenta algunas debilidades. La trama principal, centrada en la amenaza de Das Sound Machine, se siente algo superficial y las motivaciones de los antagonistas no están del todo bien exploradas. Las subtramas, como el triángulo amoroso y las rivalidades internas, a veces se sienten forzadas y carecen de suficiente sustancia. Si bien la película busca transmitir un mensaje sobre la importancia de la comunidad y la perseverancia, lo hace de manera algo didáctica y a veces, incluso, cliché. La resolución final, con un giro inesperado, resulta satisfactoria, pero no alcanza el impacto emocional que podría haber tenido con un guion más trabajado.

En definitiva, “Dando la nota: aún más alto” es una película disfrutable para los fans de la saga, pero que podría haber sido mucho más ambiciosa. Ofrece una dosis de energía y optimismo, pero necesita una dirección más audaz y un guion con mayor profundidad. No es una obra maestra, pero sí una película que sabe conectar con el público gracias a su música y a su mensaje positivo.

Nota: 6.5/10