Danger Signal (1945)

“Danger Signal” es un thriller neo-noir con una atmósfera densa y una sensación persistente de incomodidad que, en última instancia, resulta más intrigante que satisfactoria. La película, dirigida con un control visual palpable por parte de Stuart McDonald, se mueve con una lentitud deliberada, construyendo una tensión psicológica que, para aquellos que aprecian las películas más contemplativas, será estimulante. Para otros, esa lentitud podría sentirse como una exasperación, pero la dirección, en su selección de planos y el uso de la luz y la sombra, logra crear un mundo visualmente rico y perturbador, en el que la ciudad de Los Ángeles se convierte en una entidad casi en sí misma, un reflejo de la podredumbre moral de sus habitantes.

El guion, adaptado de un relato de Cornell Woolrich, no se atreve a grandes ideas. Se enfoca en la manipulación y el engaño, presentándonos a Ronnie Mason (interpretado con una frialdad inquietante por parte de Jake Gyllenhaal), un hombre de doble vida cuya ambición y lealtad son tan volátiles como el propio personaje. La trama, aunque sencilla, se centra en el juego de seducción y el desprecio calculador de Ronnie hacia las mujeres en su vida. El guion se basa en la construcción del misterio, revelando información gradualmente y dejando al espectador con más preguntas que respuestas. Esta estrategia, si bien efectiva para mantener la tensión, podría sentirse como un ejercicio de artificio si se aborda con menos sutileza. Se podría haber profundizado en la motivación de los personajes, dando una mayor razón a sus acciones.

Las actuaciones son particularmente destacadas. Gyllenhaal ofrece una interpretación magistral, transmitiendo la deshumanización de Ronnie con una mirada estoica y un comportamiento frío. La actriz que interpreta a Hilda Fenchurch, Rachel McAdams, aporta una vulnerabilidad que contrasta con la frialdad de Ronnie, creando un equilibrio dinámico en la relación. Sin embargo, las interpretaciones secundarias, aunque competentes, no logran alcanzar el mismo nivel de impacto. La madre de Hilda, interpretada por Judith Light, aunque con un buen trabajo, se siente un tanto estereotipada como la figura de la respetable matriarca preocupada por el bienestar de su hija.

La banda sonora, compuesta por Clint Mansell, amplifica la sensación de inquietud y claustrofobia que impregna la película. Los temas recurrentes, disonantes y ominosos, acompañan perfectamente la ambigüedad moral de la historia. No obstante, la película tiene un ritmo demasiado lento para ser totalmente absorbente. Algunas secuencias, especialmente las que involucran el desarrollo del “danger signal” (un sistema de comunicación de emergencia que se convierte en el foco central de la trama), se sienten alargadas y repetitivas, perdiendo la fuerza dramática. La resolución final, aunque satisfactoria en su lógica interna, podría haber sido más ambigua, dejando más espacio para la interpretación del espectador. En general, “Danger Signal” es una película estimulante, visualmente atractiva y con actuaciones sólidas, pero que no llega a alcanzar todo su potencial debido a su ritmo deliberadamente lento y a un guion que se centra más en el estilo que en la sustancia.

Nota: 6.5/10