Darwin Awards: muertes de risa (2006)

“Darwin Awards: Muertes de risa” es una propuesta original y, a pesar de algunos tropiezos, que se atreve a explorar un territorio oscuro y fascinante: la atracción humana por la muerte y la premia a la valentía suicida. La película, dirigida por Ben Corman, no se intenta ser un thriller de suspense convencional, sino más bien una mirada irónica y a menudo perturbadora a la psicología de aquellos que toman riesgos extremos, un tema que hoy en día, con la omnipresencia de internet y las narrativas urbanas, resulta particularmente relevante.

El guion, aunque presentado con una perspectiva poco convencional, se beneficia de la peculiaridad del protagonista, Michael Burrows, interpretado magistralmente por Daniel Fiennes. Su personaje, un policía despedido por su obsesión con los Premios Darwin, representa una figura torpe y casi patética en su intento de comprender la lógica irracional detrás de estas acciones. Fiennes logra transmitir la vulnerabilidad y la obsesión de Burrows con una sutileza que evita caer en un caricature. Sin embargo, el guion a veces se pierde en explicaciones excesivamente detalladas sobre la psicología del protagonista, ralentizando el ritmo y perdiendo la tensión que podría haber existido.

La química entre Fiennes y Georgina Ryder como Siri Taylor es uno de los puntos fuertes de la película. Ryder aporta un contrapunto fresco y pragmático a la obsesión de Burrows, y su relación evoluciona de forma creíble y, a veces, incluso divertida. La interacción entre los dos personajes, marcada por la incredulidad y la curiosidad mutua, proporciona momentos de humor negro que equilibran la seriedad del tema central. La película no rehúye de explorar las motivaciones detrás de los casos investigados, ofreciendo algunas reflexiones interesantes, aunque superficiales, sobre la necesidad humana de dejar un legado y la búsqueda de la fama, incluso a costa de la propia vida.

Visualmente, “Darwin Awards” se distingue por su estética oscura y desoladora, que refleja la naturaleza inquietante de su temática. La dirección artística, aunque no sobresale con soluciones particularmente innovadoras, consigue crear una atmósfera opresiva y poco acogedora, reforzando el tono general de la película. La banda sonora, que se mantiene discreta, acompaña sin resultar intrusiva, sin aportar un valor añadido que justifique su presencia. Si bien la película no ofrece soluciones fáciles ni respuestas definitivas, invita a la reflexión sobre la naturaleza humana, el deseo de trascendencia y la ambivalencia que puede albergar la valentía.

En definitiva, “Darwin Awards: Muertes de risa” es una propuesta curiosa, que, a pesar de sus defectos, merece la pena ser vista. Es una película que provoca, que incomoda y que, al final, te obliga a cuestionarte tus propias motivaciones y tus límites. No es una obra maestra, pero es un experimento cinematográfico interesante que se valora por su originalidad y por la capacidad de atraer al espectador a un territorio peligroso y fascinante.

Nota: 6/10