“Days of Glory” (Les Blindés de l’Aube) es una película que, a posteriori, resulta increíblemente relevante, aunque su impacto inicial en 2006 fue moderado. La historia, ambientada en el contexto turbulento de la Segunda Guerra Mundial, no es una narrativa fresca ni particularmente innovadora en cuanto a la trama de soldados liberando territorios. Sin embargo, lo que distingue a esta película es el enfoque en la experiencia de cuatro argelinos, Saïd, Abdelkader, Messaoud y Yassir, que se alistan en el ejército francés para luchar contra los nazis. Esta particularidad le otorga a la película una dimensión humana y un peso emocional que muchos otros filmes bélicos de la época no pudieron alcanzar.
La dirección de Errikson es competente y, en gran medida, efectiva. Logra transmitir la atmósfera de la guerra sin caer en clichés baratos. La película es visualmente sólida, con un uso del color y la fotografía que evoca la época y el entorno de la lucha. El ritmo es pausado, lo que permite que el espectador se sumerja en la vida de los personajes y en la tensión constante de la guerra. Aunque el desarrollo de algunos personajes secundarios podría haber sido más profundo, el enfoque principal está claramente en el grupo de argelinos, y la película se beneficia enormemente de ello. Se percibe una gran atención al detalle en la recreación de las batallas y los elementos de vida cotidiana en la Francia de la época, lo que aumenta la verosimilitud de la trama.
La interpretación del elenco es, en general, de alto nivel. Ahmed Larbi como Saïd destaca por su naturalidad y su capacidad para transmitir la lucha interna del personaje, que oscila entre la lealtad al país que lo vio crecer y su deseo de contribuir a la liberación de Francia. Los otros tres protagonistas también ofrecen performances sólidas, cada uno aportando una faceta diferente a la historia. En particular, la actuación de Samir Ghattas como Abdelkader está llena de fuerza y de vulnerabilidad, y su personaje es, en mi opinión, el más complejo de todos.
El guion, aunque no sobresale por su originalidad narrativa, es sólido en su tratamiento del tema del racismo y la discriminación. La película no glorifica la guerra, sino que la muestra como una experiencia brutal y deshumanizante. Se evitan la propaganda bélica y se centra en las consecuencias emocionales y psicológicas del conflicto. El tema de la "indulto" y la lucha por el reconocimiento de los "oriundos", como se les llamaba a estos soldados, es tratado con sensibilidad y justicia. La película invita a la reflexión sobre la historia de Francia y la importancia de comprender las experiencias de todos sus habitantes, independientemente de su origen étnico o nacional.
En definitiva, “Days of Glory” es una película valiosa que merece ser vista. No es una obra maestra, pero sí una película honesta y conmovedora que nos recuerda la importancia de la memoria y la necesidad de luchar contra la intolerancia y el racismo. Es un recordatorio poderoso de que, a menudo, los héroes menos reconocidos son aquellos que más luchan por la libertad.
Nota: 7/10