De ahora en adelante (1998)

“De ahora en adelante” es una película que, sorprendentemente, se define por su atmósfera más que por su trama. Dirigida por Melina Matsoukas, la obra se presenta como un drama introspectivo, una exploración de la soledad, la pérdida y la búsqueda de significado en medio del desengaño. No ofrece respuestas fáciles, sino que se adentra en la psique de Judith, una mujer atrapada en un ciclo de dolor y frustración tras la inesperada partida de su marido, Alex, y su consiguiente refugio en la compañía de un hombre que, paradójicamente, es la encarnación de su propia desgracia.

La película se centra en el personaje de Judith, interpretada con una sutileza y una vulnerabilidad conmovedoras por parte de Naomi Harris. Harris consigue transmitir la amargura, la desesperación y el profundo anhelo de conexión de su personaje de una manera que va más allá de las palabras. Su actuación es magistral, particularmente en las escenas donde se siente sola en su apartamento, la sensación de vacío es palpable. La dirección de Matsoukas acude a recursos visuales muy interesantes, como el uso de la luz y la sombra para reflejar el estado emocional de Judith, creando un ambiente opresivo y claustrofóbico que se alinea perfectamente con la narrativa. No es un melodrama convencional, sino una observación precisa de las rutinas y las pequeñas agonías de una mujer en crisis.

La relación entre Judith y el ascensorista, interpretado por Wagner Moura, es la columna vertebral de la película. Su interacción, inicialmente incómoda y cargada de tensión, se desarrolla con una gradualidad cautivadora. No hay romance en el sentido tradicional, sino una conexión basada en la empatía y la comprensión mutua. Moura ofrece una interpretación firme y reservada, evitando la sentimentalidad fácil y entregando una presencia que complementa a la perfección la de Harris. La química entre ambos actores es uno de los puntos fuertes de la película, construyendo una relación realista y profundamente humana. El guion, en general, es inteligente y delicado, evitando caer en clichés y explorando las consecuencias emocionales de las decisiones de Judith.

Es importante destacar la meticulosidad con la que se construye la banda sonora, integrada con la imagen de manera excepcional. Las melodías, a menudo melancólicas y evocadoras, intensifican la sensación de aislamiento y añaden una capa extra de profundidad a la narrativa. El ritmo de la película es deliberadamente lento, permitiendo al espectador sumergirse en la experiencia emocional de Judith. Esto, aunque beneficioso en muchos aspectos, puede resultar pesado para algunos espectadores que busquen una narrativa más dinámica. Sin embargo, es precisamente esta lentitud lo que permite una reflexión más profunda sobre temas como el arrepentimiento, el amor no correspondido y la búsqueda de la felicidad.

En definitiva, "De ahora en adelante" es una película que no intenta sorprender con grandes explosiones o giros argumentales. Su fuerza reside en su autenticidad, en la exploración honesta de la vulnerabilidad humana y en la capacidad de generar una profunda sensación de empatía hacia su protagonista. Es una obra que permanece en la memoria mucho tiempo después de que termina, instándonos a cuestionar nuestras propias vidas y a apreciar la belleza sutil del momento presente.

Nota: 7/10