De boda en boda (2005)

“De boda en boda” (Marriage Story) es, en su esencia, un drama romántico visceral y profundamente humano que se sumerge en las complejidades del divorcio. No es la comedia satírica que podría inducir a pensar, aunque la premisa inicial – dos hombres que se aprovechan de las bodas para degustar comida y tentar a las invitadas – se presenta de forma inicial lúdica y casi irreverente. La película se centra, sin embargo, en el proceso desgarrador que experimentan Noah (Adam Driver) y Scarlett (Saoirse Ronan) al intentar separar sus vidas y, lo que es más importante, a sus hijos. La película se aleja sutilmente de la premisa inicial, centrando la atención en la lucha por la custodia de Maya, su hija de cinco años. Esta desviación, que podría haber resultado forzada, se siente orgánica y convincente.

La dirección de separación de caminos de Noah Baumbach es magistral. Controla el ritmo con precisión, dejando que las emociones emerjan naturalmente. Baumbach no recurre a artificios ni a melodramas baratos; más bien, nos invita a observar el proceso de desintegración de una relación, mostrando la fractura del amor y la incertidumbre que acompaña a la ruptura. La película se nutre de los silencios, de las miradas cargadas de significado, de las pequeñas discusiones que se acumulan como hachas. La fotografía de Javiar Bardem es impecable, utilizando la luz y la sombra para reflejar el estado emocional de los personajes, oscureciendo los momentos de conflicto y bañando los de cercanía con una calidez tenue.

Las actuaciones son, sencillamente, excepcionales. Adam Driver y Saoirse Ronan ofrecen interpretaciones creíbles y devastadoras. Driver, en particular, domina el papel de un padre atormentado, que se debate entre proteger a su hija y respetar el deseo de Scarlett de ser feliz. Su actuación es rica en matices, mostrando la frustración, la vulnerabilidad y la confusión de un hombre que se ve obligado a renunciar a lo que más ama. Ronan, por su parte, es brillante como Scarlett, una mujer inteligente y ambiciosa que se siente relegada a un segundo plano por las demandas de su matrimonio. Su desesperación y su creciente resentimiento son palpables. El resto del elenco secundario, incluyendo a Alison Janney como la madre de Noah, aporta profundidad y autenticidad a la narrativa.

El guion, adaptado de una obra de teatro de divorcio escrita por el mismo Baumbach, es lo que realmente eleva a “De boda en boda” por encima de una simple historia de divorcio. Es honesto, sin sentimentalismos gratuitos, y presenta las complejidades de la separación desde múltiples perspectivas. La película no ofrece soluciones fáciles ni juicios morales simplistas. Muestra que el divorcio es un proceso doloroso y que rara vez hay un “ganador” claro. La película se centra en la comunicación, o la falta de ella, entre los ex-parejas y en la dificultad de dejar ir el pasado. El diálogo es inteligente, perspicaz y a menudo, brutalmente honesto. Es una mirada desgarradora a la fragilidad del matrimonio y al precio que a veces se paga por el amor.

Nota: 9/10