“De incompetente a presidente” es una comedia política que, paradójicamente, consigue ser más interesante por su torpeza que por su brillantez. Chris Rock ofrece una interpretación sólida de Mays Gilliam, un hombre común y corriente, víctima del azar y de una sucesión de acontecimientos que lo catapultan al escenario nacional. Rock no se limita a la comedia slapstick, aunque ésta está presente, sino que explora con cierta profundidad, aunque no siempre con éxito, el estrés y la vulnerabilidad que conlleva el liderazgo, incluso cuando uno no lo merece.
La película se centra en la precaria situación de Mays, un concejal que ha estado a punto de perder su cargo por su falta de capacidad y su tendencia a las declaraciones extravagantes. Su nombramiento como sucesor del candidato demócrata es una medida desesperada, un intento de revitalizar la campaña cuando todo parece marchito. La premisa, aunque audaz, funciona sorprendentemente bien, y el guion, escrito por Taika Waititi y Dylan Hodgson, apuesta por el humor negro y la ironía, ofreciendo situaciones cómicas que, en su mayoría, logran sorprender, aunque a veces llegan a ser un tanto excesivas y gratuitas.
La dirección de Taika Waititi es reconocible: un estilo visualmente llamativo, con una paleta de colores vibrante y una estética que recuerda a caricaturas políticas. Sin embargo, a veces esta estética se siente un poco artificial, desconectada de la realidad que intenta representar. El ritmo es desigual, con momentos de gran tensión y otros de pausa demasiado larga. La película no se asocia a la sátira política tradicional, optando más por una comedia absurda y a menudo desconcertante. Esto, aunque puede resultar entretenido para algunos, podría decepcionar a aquellos que buscan una crítica política más profunda o un análisis con mayor matiz.
El resto del reparto es competente. Rose Byrne ofrece un buen papel como la secretaria de Mays, que a pesar de su evidente frustración, demuestra una notable lealtad. Y, aunque su personaje es un arquetipo, Cole Turner tiene un pequeño pero memorable papel como el jefe de campaña, un hombre pragmático que lucha por mantener a Mays a flote. La química entre Rock y Byrne es palpable, y sus interacciones son algunas de las escenas más divertidas de la película. No obstante, la película no profundiza demasiado en los personajes secundarios, considerándolos más como herramientas para el desarrollo de la trama.
En definitiva, “De incompetente a presidente” es una comedia con potencial, que se beneficia de la carisma de Chris Rock y un guion que ofrece momentos de genuino humor. A pesar de sus fallos, es una película que invita a la reflexión sobre el poder, la responsabilidad y la capacidad de superación personal, aunque siempre desde una perspectiva poco convencional. La película no pretende ser una obra maestra, pero sí una opción agradable para pasar un buen rato y reírse de la locura de la política.
Nota: 6.5/10