DeAD (2013)

“DeAD” no es una película que te entretenga con un ritmo frenético o efectos especiales grandilocuentes. Es una experiencia visceral, un viaje psicológico desolador que te instala en la atmósfera opresiva de la culpa y la desesperación. Dirigida con una maestría silenciosa por Christian Alblad, la película se construye sobre la base de una atmósfera palpable y una narrativa minimalista que, paradójicamente, genera un impacto emocional enorme.

El guion, escrito principalmente por Christian Alblad y Thomas Glantschar, se basa en la idea de una obsesión que consume a su protagonista, Patrick, interpretado con una sutileza desgarradora por Tilman Strauss. Strauss ofrece una actuación notable, transmitiendo la angustia, el dolor y la creciente locura de un hombre que, tras la muerte de su madre, decide investigar a un hombre del que sólo tiene vagos recuerdos. La película no revela de inmediato los detalles de este pasado, sino que los desvela de forma gradual, incrementando la tensión y la incertidumbre. Lo que hace particularmente efectivo al guion es su capacidad para sugerir más de lo que muestra, permitiendo que el espectador complete los huecos con sus propias interpretaciones y emociones.

La película se mueve con una lentitud deliberada que no pretende ser tediosa, sino que busca reflejar la lentitud con la que Patrick avanza en su búsqueda. La fotografía de Sven Scheffler es crucial en este sentido, utilizando una paleta de colores apagados, dominada por el gris, el negro y el azul, que refuerza la sensación de luto, soledad y desolación. Las escenas, a menudo de duración considerable, se caracterizan por la ausencia de diálogos, que no impiden la comunicación a través de miradas, gestos y silencios. La banda sonora, sutil pero impactante, contribuye a crear un ambiente de inquietud constante.

El reparto complementario, con Thomas Schendel, Judith Rosmair y Niklas Kohrt, aporta profundidad a la historia. Cada personaje, aunque con roles secundarios, contribuye a la atmósfera de desconfianza y melancolía que impregna la película. Es importante destacar cómo se utilizan los espacios interiores, claustrofóbicos y oscuros, para simbolizar la mente atormentada de Patrick y la dificultad de escapar de su pasado. La dirección de Alblad evita dar respuestas fáciles, dejando al espectador en un estado de incertidumbre constante que refleja la propia lucha interna de los personajes.

“DeAD” no es una película para todos los públicos, es un trabajo intenso y, a veces, perturbador. Su fuerza reside en su honestidad brutal, en su capacidad para explorar los rincones más oscuros de la psique humana y en su atmósfera opresiva y profundamente inquietante. Si buscas una experiencia cinematográfica que te haga reflexionar y sentir, esta es una opción recomendable, aunque con la advertencia de que no es una película fácil de digerir.

Nota: 7/10