
Definitivamente, quizás (2008)
(EN) · Comedia, Romance · 1h 51m
For Will Hayes, a second look at the past will give him a second chance at the future.
Dónde ver Definitivamente, quizás
La película Definitivamente, quizás está disponible para ver online a través de las plataformas de streaming: Netflix, Movistar Plus+, Movistar Plus+ Ficción Total, Netflix Standard With Ads. Consulta a continuación dónde puedes verla directamente.
Sinopsis
Will Hayes (Ryan Reynolds) es un papá de treinta y pico años en pleno divorcio. Su hija (Abigail Breslin) de diez años le pregunta por su vida antes de casarse, quiere enterarse de cómo se conocieron sus padres, de cómo se enamoraron. Para contestar a Maya, Will rememora el pasado de un joven idealista que aprende los tejemanejes de la política en una gran ciudad, y le cuenta que conoció a tres mujeres. Desesperado, intenta construir una versión “tolerada” para su hija y cambia los nombres de las protagonistas. Maya tendrá que adivinar con cuál de las tres acabó casándose. ¿Quién es su madre? ¿Emily (Elizabeth Banks), la novia de universidad de Will? ¿O quizá sea su amiga de siempre, su confidente, la apolítica April (Isla Fisher)? Aunque también podría ser una ambiciosa e inconformista periodista llamada Summer (Rachel Weisz). Maya empieza a unir las piezas del rompecabezas romántico de su padre y entiende que el amor no es fácil ni simple.
Ficha de la película
Definitely, Maybe
EN
Eric Fellner, Tim Bevan
Reparto principal de Definitivamente, quizás
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Definitivamente, quizás.
Críticas de la película
Opiniones reales de usuarios que han visto Definitivamente, quizás. Consulta sus valoraciones y comentarios.
“Definitivamente, quizás” es una comedia romántica con un corazón sorprendentemente generoso, aunque a veces se siente un poco desfasada y con una ejecución que no alcanza su máximo potencial. La película, dirigida por Denis Villeneuve (sí, el Villeneuve de “Dune”), ofrece un giro curioso y refrescante a la fórmula del “padre cuenta historias” que suele encontrarse en el cine familiar. En lugar de un relato épico y grandilocuente, el film se centra en la pequeña Maya (Abigail Breslin), una niña curiosa que busca entender la complejidad de la vida de su padre, Will (Ryan Reynolds), a través de sus recuerdos. Y es precisamente esa mirada infantil, filtrada a través de la memoria nostálgica de Will, lo que le da a la película su peculiar encanto.
Reynolds, como suele ser habitual, brilla con su carisma y su habilidad para el humor seco. Su interpretación de Will es matizada y revela un hombre que, debajo de una fachada de chico divertido, es vulnerable y arrepentido de sus errores del pasado. La relación entre Reynolds y Breslin es el núcleo emocional de la película y es en este aspecto donde realmente convence. Breslin, en su papel de Maya, es excepcionalmente natural y sus preguntas, a veces ingeniosas, son el catalizador de la narrativa. Elizabeth Banks, Isla Fisher y Rachel Weisz aportan matices a sus respectivas personajes, aunque sus papeles, aunque interesantes, no reciben el mismo desarrollo que los principales.
El guion, adaptado de la obra teatral homónima de Will Gluck, es un punto débil. Si bien la premisa es original y tiene potencial, la estructura, a veces, se siente forzada y los diálogos, en ocasiones, son un poco artificiales. La película no se aventura en territorios demasiado arriesgados y se mantiene dentro de lo predecible, evitando cualquier giro realmente sorprendente. Sin embargo, la dirección de Villeneuve, con su cuidada estética y su ritmo pausado, le da a la película una atmósfera única y una cierta elegancia visual que contrasta con la frivolidad de la comedia romántica tradicional. La banda sonora, discreta pero efectiva, complementa a la perfección el ambiente melancólico y nostálgico de la historia. Es notable la forma en que Villeneuve utiliza el flashback, no como un mero recurso narrativo, sino como una herramienta para explorar la evolución emocional de Will y su comprensión del amor y el compromiso.
A pesar de sus defectos, “Definitivamente, quizás” es un entretenimiento agradable que invita a la reflexión sobre la importancia de la comunicación familiar y la aceptación del pasado. La película no pretende revolucionar el género, pero sí ofrecer una perspectiva fresca y personal sobre el amor y la paternidad. Es una comedia romántica con un toque de nostalgia y un corazón que, aunque a veces se oculta tras un disfraz de humor, merece la pena descubrir.
Nota: 6.5/10
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