Delgo (2008)

“Delgo” es, en esencia, una experiencia cinematográfica que se recuerda más por su audaz fracaso que por su brillantez. Estrenada en 2008 y con un presupuesto que, según los rumores, se situaba en una cifra considerablemente elevada para la época, la película se presentaba como un evento prometedor, un intento de sumergir al público en un mundo de fantasía pulido y lleno de acción. Sin embargo, lo que realmente llega a la pantalla es una mezcla confusa y a menudo torpe de elementos que, en conjunto, resultan decepcionantes.

La dirección de Robert Zemekis, conocido por su trabajo en “La Reina Mentirosa” y “El Arqueólogo de Pasajeros”, aquí parece carecer del control y la sutileza que caracterizan su filmografía. La película intenta emular los cliches de las películas de aventura para niños, como “Los Pitufos” o “El Mago de Oz”, pero carece de la sensibilidad y el encanto que hicieron que esas obras fueran tan populares. Zemekis parece haber intentado abarcar demasiado, resultando en una narrativa dispersa y con ritmo irregular. Las escenas de acción, aunque con efectos visuales decentes para la época, son espectaculares sin ser memorables y, a menudo, interrumpidas por momentos de diálogo inverosímiles o personajes cuyas motivaciones no son claras.

El reparto, encabezado por la joven Evan Rachel Wood y la veterana Jennifer Tilly, ofrece actuaciones que, en su mayoría, son mediocres. Wood, que interpretó a Delgo, la joven voladora, se ve superada por un guion que le impone una personalidad poco definida. La química entre Wood y Tilly, quien interpreta a la excéntrica hechicera Mama Odie, es genuina pero insuficiente para compensar la falta de desarrollo de los personajes. Los villanos, liderados por el malvado Lord Mord, resultan caricaturas unidimensionales y carentes de amenaza real. Las motivaciones de estos personajes son simplistas y sus planes, predecibles.

El guion, escrito por Michael Hetherington y Robert Zemekis, es sin duda el punto más débil de la película. La historia, sobre un joven volador que debe aprender a controlar sus poderes y salvar a su pueblo de una amenaza ancestral, es un cliché reciclado de universos fantásticos. La trama carece de originalidad y se basa en convenciones narrativas ya exploradas en innumerables ocasiones. El humor, intencionado como ligero y entretenido, a menudo resulta forzado e incómodo, y la banda sonora, aunque técnicamente competente, no logra crear la atmósfera adecuada para la narrativa.

“Delgo” es un ejemplo perfecto de cómo un alto presupuesto y una dirección conocida no son suficientes para asegurar el éxito. La película es una oportunidad perdida, un testamento a la importancia de un guion sólido, personajes interesantes y una visión creativa convincente. En última instancia, “Delgo” es una experiencia cinematográfica olvidable, que se anota principalmente por su notable fracaso en taquilla.

Nota: 4/10