Delicioso (2021)

“Delicioso” no es simplemente una película sobre la apertura de un restaurante; es un meticuloso y deliciosamente retorcido retrato de la ambición, la clase social y la fractura de un mundo a punto de explotar. Dirigida por José Padilha, y con una dirección de fotografía impactante que evoca tanto la opulencia decadente de la aristocracia como la mugre y la lucha de la gente común, la película se sumerge en la Francia pre-revolucionaria, creando una atmósfera palpable de tensión y cambio. Padilha, conocido por su trabajo en thrillers políticos, demuestra aquí una habilidad admirable para construir una narrativa compleja, no lineal y, sobre todo, sumamente efectiva.

La película se centra en el Chef Antoine Dubois, interpretado magistralmente por Adam Driver. Driver ofrece una actuación absolutamente cautivadora, un estudio de intensidad y frustración contenida. No es un héroe tradicional, sino un hombre consumido por la insatisfacción y la necesidad de ser reconocido por su talento. La angustia de Dubois es visceral; vemos su resentimiento crecer a medida que la película avanza, y Driver lo comunica con una sutileza que evita los clichés y la melodrama. El resto del reparto, incluyendo a встреча de Jenna Ortega, también se destaca, aportando una sólida base a la narrativa, aunque la química entre ambos actores resulta un poco forzada en algunos momentos.

El guion, adaptado de la novela homónima de Vitor Oliveira, es lo que realmente hace brillar a “Delicioso”. No se trata de un relato lineal de ‘un chef abre un restaurante’. La película juega con el tiempo, alternando flashbacks con un Dubois más joven y una cronología principal que se revela progresivamente. Este manejo del tiempo crea un sentido de urgencia y complicidad con el espectador, quien se ve arrastrado por la creciente desesperación del personaje. La escritura es brillante en su ambigüedad; nunca se ofrece una respuesta clara sobre la moralidad de las acciones de Dubois, lo que obliga al público a cuestionar sus propios valores. El guion explora las motivaciones del protagonista con una honestidad brutal, revelando las motivaciones oscuras que lo impulsan, sin justificación moral.

La dirección de Padilha es, sencillamente, impecable. La película es visualmente rica, con una paleta de colores que oscila entre el dorado de la riqueza y el gris de la pobreza. La fotografía, realizada por Jerzy Kot, captura la belleza salvaje del paisaje francés y la opulencia del castillo del Sr. de Beaumarchais. La banda sonora, deческой compuesta, complementa la atmósfera con una intensidad constante. La película, a pesar de su trama oscura y su exploración de temas perturbadores, es sorprendentemente elegante y visualmente atractiva. No se trata de una comedia ligera, ni de un drama romántico, sino de una experiencia cinematográfica potente y perturbadora.

Nota:** 8/10