“Delta Force 2” es un ejercicio de pura adrenalina y acción explosiva, pero que, lamentablemente, carece de la profundidad y la sutileza que caracterizaban las primeras entregas de esta saga. La película, estrenada en 1990, regresa a las profundidades de la selva colombiana, donde un grupo de agentes de Delta Force se enfrenta a un poderoso narcotraficante llamado Ramón Costa, interpretado por el veterano Robert Davi. La trama, esencialmente, es la típica contra-narcotráfico, con secuestros, tiroteos y persecuciones frenéticas, y aunque no es un problema para el espectador, sí que resulta un poco repetitiva.
Dirigida por Brian Storm, la película se centra en la misión de rescate del coronel Scout McCoy (Chuck Norris) y su equipo. Norris, a pesar de su popularidad, entrega una actuación bastante plana y unidimensional. Se enfoca más en la demostración de fuerza física y en la resolución de problemas con disparos, que en el desarrollo de un personaje con matices. Otros miembros del equipo, como John Frankenheimer y Raúl Julia, aportan algo de frescura al reparto, pero su presencia no logra redimir la falta de profundidad en la caracterización general. Robert Davi, por su parte, interpreta a Costa con una intensidad convincente, transmitiendo la amenaza que representa el narcotraficante. Davi logra crear un villano que, aunque caricaturesco, posee un aura de peligro real.
La dirección de Storm se distingue por sus secuencias de acción elaboradas y bien coreografiadas. Los tiroteos son espectaculares, con múltiples explosiones y persecuciones en vehículos. Sin embargo, la película cae en la típica exageración del género, recurriendo a efectos especiales un poco anticuados y a una estética visual que recuerda a otras películas de acción de los ochenta y noventa. La fotografía, aunque funcional, no logra crear una atmósfera particularmente envolvente. El ritmo de la película es rápido, casi frenético, lo que dificulta la creación de un vínculo emocional con los personajes. El guion, escrito por Robert Mark Silbermann, es funcional y directo, pero carece de originalidad y de momentos memorables. La historia, con su cliché de un jefe de la mafia narcotraficante y su grupo de secuaces, es predecible y no ofrece ningún giro sorprendente.
A pesar de sus defectos, "Delta Force 2" ofrece un entretenimiento sólido para aquellos que buscan una película de acción con mucha adrenalina y sin pretensiones. Es un producto cinematográfico que se disfruta más por su valor de esparcimiento que por su calidad artística. No obstante, para los amantes del cine, “Delta Force 2” es un título que probablemente no dejará una huella duradera. Es un buen punto de partida para un fin de semana de acción en casa, pero no es un clásico que merezca ser considerado como uno de los mejores títulos de la saga.
Nota: 6/10