De-mentes criminales (2016)

“De-mentes Criminales” (Despicable Me: Minions) no es la película que muchos esperaban tras el éxito de las secuelas con Gru. Si bien la premisa -un equipo de monos villanos planeando el robo de un museo- tiene potencial, la película se revela, en última instancia, una experiencia entretenida pero superficial, con un guion que, a pesar de sus momentos cómicos, carece de profundidad y una dirección que, aunque competente, no logra elevar la trama a niveles superiores.

El núcleo de la historia, el intento del equipo de Kevin, Stuart y Bob de robar un reloj de péndulo, es inherentemente divertido. La inexperiencia de los personajes y sus desatinos son genuinamente graciosos, y la química entre los actores, especialmente Steve Carell como Kevin, es evidente. Sin embargo, la película se basa demasiado en la comedia slapstick, recurriendo a chistes repetitivos y situaciones predecibles. La trama se desarrolla con una lentitud irrazonable, alargando innecesariamente los momentos cómicos y diluyendo el impacto de los momentos de tensión, que, a pesar de los esfuerzos del director Chris Renaud, rara vez son realmente sustanciosos. Se siente como si se estuviera agotando la reserva de gags con demasiada frecuencia, sacrificando el desarrollo del personaje y la construcción de un conflicto convincente.

La dirección, aunque funcional, no aporta nada particularmente innovador. Los movimientos de cámara son dinámicos y se adaptan bien a las escenas de acción, pero la estética visual, aunque colorida y vibrante, no es particularmente memorable. No se busca ninguna atmósfera específica ni se intenta construir un universo visualmente rico, lo que contribuye a que la película se sienta un poco genérica. Además, el diseño de los monos, aunque bastante cuidado, a veces resulta excesivamente caricaturesco, lo que resta credibilidad a sus acciones y motivaciones.

Kristen Wiig ofrece un sólido trabajo como Lucy, la joven que entra en escena y, de alguna manera, se convierte en la mente maestra detrás de los planes de los monos. Su presencia aporta un toque de emoción y un deseo de conectar con los personajes, aunque su arco narrativo se siente algo superficial. El resto del elenco, incluyendo a Seán Burke como el agente del FBI, se mantiene a un nivel aceptable, pero ninguna actuación destaca particularmente. Lo que sí es convincente, sin embargo, es la voz de Jon Hamm como Overlord, el villano principal, que aporta un aire de peligro y astucia a la antagonista.

En definitiva, “De-mentes Criminales” es un entretenimiento ligero y familiar que probablemente complacerá a las audiencias más jóvenes y a los fans de la saga “Minions”. No obstante, para aquellos que buscan una película con una trama original y un guion inteligente, es probable que se sientan decepcionados. Se trata de un esfuerzo competido, pero que, en última instancia, no alcanza a superar las expectativas generadas por su franquicia.

Nota: 6/10