Dentro del laberinto (1986)

‘Dentro del laberinto’ (Labyrinth) de Jim Henson, estrenada en 1986, no es solo una película infantil; es una experiencia cinematográfica que ha perdurado a lo largo de los años gracias a su imaginación desbordante, su banda sonora icónica y su capacidad para evocar una sensación de inquietud y magia. Si bien la premisa – una niña, Sarah, debe navegar un laberinto para rescatar a su hermano – podría parecer sencilla, la película de Henson se distingue por su enfoque en el viaje emocional de la protagonista y la exploración de temas más profundos que a menudo se pasan por alto en las películas dirigidas a niños.

La dirección de Jim Henson, con la colaboración de Brian Henson, es el corazón palpitante de esta película. Henson, un maestro en la creación de criaturas fantásticas y en el uso del títere, ha logrado plasmar un mundo tangible y, a la vez, onírico. Los duendes, los monstruos, el propio Rey Jareth, son personajes memorables, creados con una maestría técnica que continúa sorprendiendo. La puesta en escena es exuberante, llena de detalles visuales que atienden a la imaginación y construyen una atmósfera constante de maravilla y terror sutil. La coreografía de la música y los movimientos de los personajes, perfectamente sincronizados, crean un espectáculo visual cautivador, demostrando la innovación de Henson.

Las actuaciones son excepcionales. David Bowie, como el rey Jareth, es la verdadera joya de la película. Su interpretación es magistral; no se limita a ser un villano malvado, sino que ofrece una complejidad inquietante. Bowie captura la ambivalencia del rey, una figura melancólica y seductora, que oscila entre la amenaza y el afecto, generando un conflicto interno interesante. Jennifer Connelly, en el papel de Sarah, transmite la vulnerabilidad, el coraje y la determinación de la niña de manera convincente. Su evolución a lo largo del viaje es palpable, y Connelly logra que el espectador se identifique con su lucha y su crecimiento personal. El reparto de duendes, con Mark Hamill como la bola de cristal y los talentosos actores de voz, completa la creación de un mundo vibrante y lleno de personajes.

El guion, adaptado de la obra de fantasía de Peggy Ajkner, no es una narrativa lineal. En lugar de enfocarse en la acción y el combate, la película se centra en el viaje interno de Sarah, su miedo, su confianza y su relación con su hermano. Los diálogos, aunque sencillos, son efectivos para desarrollar la personalidad de los personajes y para transmitir los temas centrales de la película: la pérdida de la inocencia, la importancia de la familia y la capacidad de encontrar la fuerza interior. La banda sonora de Wendy Toyne es fundamental para la atmósfera de la película, complementando a la perfección las imágenes y creando una experiencia emocional potente. La música evoca tanto la belleza como la inquietud, contribuyendo al desarrollo de la historia.

En definitiva, ‘Dentro del laberinto’ es una película atemporal que sigue cautivando a nuevas generaciones. No es solo una aventura infantil, sino una exploración de la imaginación, la emoción y el poder de la esperanza. Es una película que se queda contigo mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 8.5/10