“Desconexión” es un thriller que, en tiempos recientes, parece replicar con notable éxito una inquietante preocupación: la desconexión real que sentimos a pesar de estar constantemente conectados. La película no se limita a una simple parodia del uso excesivo de la tecnología, sino que explora las consecuencias sociales, emocionales y psicológicas de vivir en una era hiperconectada, donde la privacidad se convierte en una quimera y los secretos pueden tener un impacto devastador. El director, Sergi Trueba, logra construir una narrativa densa y compleja que se desenvuelve con una cadencia pausada pero manteniendo un ritmo constante de tensión que atrapa al espectador desde sus primeras escenas.
La película se articula en cinco historias aparentemente independientes que, a medida de que avanza la trama, se entrelazan de manera inesperada, revelando conexiones sorprendentes y un panorama moral ambiguo. La dirección de Trueba se beneficia de la actuación sólida de su reparto, donde cada uno aporta una dimensión particular a la problemática central. El protagonista, interpretado por Eduard Fernández, encarna la figura del hombre moderno, consumido por su trabajo y su teléfono, un hombre que se ha desconectado emocionalmente de su familia, sin comprender el daño que está causando. Fernández ofrece una interpretación naturalista, que transmite la angustia y la frustración de un hombre atrapado en su propia creación. El resto del elenco, incluyendo a Marta Sanz, Jordi Molla y Aura Tierry, también destacan por su capacidad para dar vida a personajes con motivaciones complejas y, en ocasiones, moralmente dudosos.
Si bien la trama principal es intrigante, el verdadero éxito de "Desconexión" reside en su guion. No se trata de una película llena de giros argumentales gratuitos, sino de una reflexión profunda sobre la ética digital, la identidad y la manipulación. La película cuestiona la idea de que la conexión online nos acerca a los demás, mostrando cómo, en realidad, puede ser una herramienta para la deshumanización y el acoso. La investigación del periodista, interpretada por Anya Taylor-Joy (aunque su papel es relativamente limitado), añade una capa de crítica social al exponer la mercantilización de la intimidad y el riesgo de explotar la vulnerabilidad de los demás. El conflicto entre el hijo y la víctima del acoso es particularmente inquietante, reflejando la peligrosidad de la internet y la responsabilidad que debemos tener al utilizarla.
Sin embargo, la película no es perfecta. A veces, el ritmo pausado puede resultar un poco lento para algunos espectadores, y algunos personajes secundarios podrían haber tenido un mayor desarrollo. No obstante, "Desconexión" es una película inteligente, provocadora y, sobre todo, relevante en el contexto actual. Es una obra que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia relación con la tecnología y a cuestionar los valores que definen nuestra sociedad. Un thriller psicológico con sustancia que merece ser vista y discutida.
Nota: 8/10