Desde allá (2016)

“Desde allá” es un ejercicio inquietante y perturbador de dirección por parte de Miguel Creche. La película, ambientada en el caos palpable de Caracas, no busca ofrecer un melodrama fácil ni un thriller convencional. Se adentra en lo extraño y lo simbólico, construyendo una atmósfera densa y opresiva que te envuelve desde el inicio y que, en gran medida, permanece durante toda la proyección. Creche consigue, con una paleta de colores apagada y un uso magistral del espacio, transmitir la sensación de aislamiento y desamparo que caracteriza a la ciudad venezolana, reflejada en la vida de sus habitantes.

La película se centra en Armando, un hombre de mediana edad con una vida solitaria y un oficio peculiar: la creación de prótesis dentales. Su trabajo, a la vez rutinario y cargado de un cierto arte, se convierte en una fachada para un comportamiento que, de alguna forma, parece buscar algo más que un sustento. Su obsesión por observar a un anciano, Elder, es el núcleo central de la trama, un misterio que se va desentrañando lentamente, sugiriendo una conexión, quizás de pasado, que une a ambos personajes de manera inquietante. La elección de Peter Callejas para interpretar a Armando es impecable; su mirada transmite una mezcla de melancolía, vulnerabilidad y un aura de secreto que te exige mantener la atención.

La llegada de Elder, interpretado con una naturalidad sorprendente por Juan Carlosilio, a la casa de Armando marca un punto de inflexión en la película. La relación que se desarrolla entre ambos no es un vínculo de amistad o familiaridad, sino una dinámica de dependencia, de intercambio de silencios y miradas. El guion, a pesar del ritmo pausado, se beneficia de las actuaciones sólidas de Callejas y Carlosilio, que logran comunicar más con la mirada y el lenguaje corporal que con diálogos extensos. No obstante, en algunos momentos la película se pierde en ambigüedades, dejando ciertos elementos demasiado vagos y que podrían haber sido desarrollados con mayor profundidad.

La dirección de fotografía, con un uso expresivo del movimiento de cámara y una iluminación cuidada, contribuye significativamente a la atmósfera de la película. Las escenas nocturnas, especialmente, son memorables por su atmósfera onírica y su capacidad para evocar sentimientos de inquietud y misterio. Sin embargo, el guion, aunque efectivo en su construcción de atmósfera, a veces carece de la claridad necesaria para que la relación entre Armando y Elder tenga un impacto emocional más profundo. La película sugiere, más que cuenta, lo que ocurre entre los personajes, lo que puede resultar frustrante para algunos espectadores. Aun así, “Desde allá” es una propuesta artística original y perturbadora que invita a la reflexión sobre la soledad, el pasado y la búsqueda de conexión en un entorno desolador.

Nota: 7/10