Desenfocado (2002)

“Desenfocado” (Blur), dirigida por Billy Porter, es una película que se aferra a la fascinación por lo prohibido y la complejidad del deseo, ofreciendo una mirada íntima y, a veces, perturbadora al legado de Bob Crane, el icónico locutor de la radio de "The Dick Van Dyke Show". La película no intenta ser una biografía exhaustiva, sino más bien un fragmento de su vida, un caleidoscopio de momentos que revelan la dualidad de un hombre que, desde fuera, personificaba los valores familiares de la época, mientras que en secreto se entregaba a una vida de transgresión. Porter evita el melodrama convencional, optando por un estilo visual directo y una atmósfera cargada de ambigüedad.

La película se centra, de manera inteligente, en la relación entre Crane y su joven asistente, Kevin, interpretado con una vulnerabilidad conmovedora por Alden Ehrenreich. La tensión entre ambos personajes, inicialmente marcada por el respeto y la admiración, evoluciona hacia una obsesión sexual que se retrata con sensibilidad y sin caer en la explotación. El guion, coescrito por Porter y el propio Crane (en vida), está impregnado de un humor negro y una ironía sutil que contrastan con la gravedad de los actos de Crane. No hay juicios morales evidentes; la película se limita a mostrar las consecuencias de sus acciones, tanto para él como para aquellos que lo rodean, especialmente para sus esposas. Las escenas con Mary Frances (Anne Archer) y Joan (Alexandra Daddario) son particularmente impactantes, ya que reflejan la desilusión y el dolor que experimentan al descubrir la verdad sobre su marido.

La dirección de Porter es magistral en su manejo del ritmo y la inmersión. Utiliza flashbacks, a menudo fragmentados y perturbadores, que desgranan la vida de Crane a lo largo de los años, mostrando su ascenso en la radio y su constante búsqueda de placer. La fotografía es oscura y evocadora, con una paleta de colores apagados que contribuye a crear una atmósfera de secretismo y decadencia. El uso de la música es discreto pero efectivo, subrayando las emociones y los momentos clave de la trama. Aunque la película se centra principalmente en la relación entre Crane y Kevin, las actuaciones son sólidas en su conjunto. La interpretación de Tom Wilkinson como Crane es sutil y compleja, logrando transmitir tanto su carisma como su vacuidad. La química entre Wilkinson y Ehrenreich es innegable, y la película se beneficia enormemente de su conexión en pantalla.

No obstante, “Desenfocado” no es una película fácil de ver. Su temática explícita y su retrato de la infidelidad pueden resultar incómodos para algunos espectadores. La película también podría haberse beneficiado de un mayor desarrollo de otros personajes secundarios, aunque, en última instancia, la singularidad de la historia de Crane es lo que la convierte en una obra tan memorable. Es una reflexión inquietante sobre la naturaleza humana, el deseo y las expectativas sociales.

Nota: 7/10