Deseo, peligro (2007)

“Deseo, peligro” (Wish You Trouble) de Wayne Wang es una joya cinematográfica, una película de suspense psicológico que, lejos de intentar emular los grandiosos dramas de la época, se ancla en la atmósfera opresiva y el intrincado tejido social de Shanghái bajo la ocupación japonesa. La película no se centra en escenas de acción o espectaculares enfrentamientos, sino en la lenta y aterradora construcción de la tensión, en la observación minuciosa de personajes que se desmoronan bajo el peso de sus secretos y la fragilidad de sus alianzas.

La dirección de Wang es exquisita. Su mirada se centra en los pequeños detalles, en el lenguaje corporal, en los silencios cargados de significado. La película aprovecha a la perfección la luz natural y la fotografía en blanco y negro para crear una sensación de claustrofobia y desasosiego. No se trata de una representación heroica de la Resistencia, sino de una visión cruda y realista de la supervivencia en un entorno de desesperación. La película transmite de manera palpable el miedo y la incertidumbre que impregnaban la ciudad. El ritmo es deliberadamente pausado, permitiendo que el espectador se sumerja en la complejidad de las relaciones entre los personajes y en el peso de sus acciones.

El reparto es excepcional. Cecilia Cheung como Wong Chia Chi (Mak) ofrece una actuación brillante. Su personaje es una mujer en constante transformación, obligada a adoptar múltiples identidades para sobrevivir. La fragilidad que se esconde detrás de su sofisticación es palpable en cada gesto, en cada mirada. La química entre Cheung y Jerry Yang como Kuang Yu Min es fundamental para la dinámica del argumento. Su relación, construida sobre un engaño inicial, se vuelve cada vez más ambigua y peligrosa a medida que avanza la trama. El resto del elenco, incluyendo a los secundarios, cumplen con creces, aportando capas de profundidad y complejidad a las escenas.

El guion, adaptado de una novela de David Cronenberg, es notable por su sutileza y su capacidad para dejar espacio a la interpretación del espectador. No hay explicaciones fáciles ni soluciones obvias. Los motivos de los personajes son ambiguos, sus decisiones moralmente grises. La película se pregunta sobre la naturaleza de la lealtad, el precio de la supervivencia y las consecuencias de las acciones pasadas. La trama, aunque aparentemente sencilla, se complica con cada revelación, obligando al público a cuestionar lo que sabe y a adivinar lo que está por venir. Hay una reflexión constante sobre la manipulación, la identidad y el impacto de las decisiones en el futuro.

“Deseo, peligro” es una película que permanece en la memoria mucho después de que los créditos finales hayan pasado. No es una película para todos los gustos, pues exige paciencia y atención, pero para aquellos que se aventuren a sumergirse en su atmósfera opresiva y sus personajes complejos, ofrece una experiencia cinematográfica inolvidable. Es un estudio psicológico sobre la lucha por la supervivencia en un contexto histórico brutal, y una demostración de la maestría de Wayne Wang.

Nota: 8.5/10