Despierta la furia (2021)

“Despierta la furia” es, en su esencia, una película de acción estilizada, un ejercicio de pura adrenalina que explota al máximo el carisma innegable de Jason Statham. El director, Corin Hardy, ha optado por un estilo visual crudo y directo, priorizando la intensidad del momento sobre la construcción de un mundo detallado o la profundidad de los personajes. Y en ese sentido, la película funciona sorprendentemente bien, aunque con algunas limitaciones inherentes a su enfoque.

La trama, si bien simple, es el vehículo para presentar a H, un operativo de élite con un pasado que prefiere no revelar. Statham, como siempre, está en forma, entregando una actuación física impecable y con una presencia imponente en la pantalla. Su H no es un héroe con un código moral complicado; es un hombre de acción, pragmático y brutalmente eficiente. Su actuación no busca la emotividad, sino la letalidad. Se nota que Hardy se apoya fuertemente en la destreza física del protagonista y en el ritmo frenético de las secuencias de acción.

Sin embargo, el guion, escrito por Matthew Barry y Simon Belarmino, carece de la sutileza y complejidad que podrían haber elevado la película. Las motivaciones de H son vagas, su pasado se revela gradualmente a través de flashbacks fragmentados que no siempre están conectados de forma orgánica. Esta falta de profundidad, si bien no es un defecto grave, contribuye a que la película se sienta, a veces, superficial. El antagonista, interpretado por Guillaume Laforge, es un villano caricaturesco, más un cliché de mafioso despiadado que un personaje con una verdadera razón de ser. Sus planes son grandilocuentes pero poco convincentes, y su motivación, en última instancia, es bastante predecible.

No obstante, la dirección de Hardy merece un reconocimiento especial. Utiliza ángulos de cámara inusuales, efectos visuales impactantes y secuencias de acción coreografiadas con un dinamismo que te mantiene enganchado. Las persecuciones son espectaculares y la coreografía de lucha es brutal y realista, evitando los trucos CGI que pueden restar credibilidad. Existe una cierta belleza en la violencia que se muestra, no glorificada, sino como una consecuencia inevitable de la situación. El uso del color, con tonos fríos y sombríos, refuerza la atmósfera de tensión y peligro constante. La banda sonora, aunque relativamente discreta, complementa perfectamente el ritmo frenético de la película.

En definitiva, “Despierta la furia” no es una obra maestra cinematográfica, pero es una película de acción disfrutable, particularmente para aquellos que buscan un espectáculo visual y una dosis de adrenalina. La película no intenta ser más de lo que es: una secuencia de acción intensa y bien coreografiada, impulsada por la presencia física de Jason Statham. Si buscas algo profundo y reflexivo, es probable que te decepcione; pero si buscas una película que te haga saltar del asiento, entonces te puede resultar entretenida.

Nota: 6.5/10