Detective Conan 26: El submarino de hierro negro (2023)

“Detective Conan 26: El submarino de hierro negro” no es solo otra entrega de la franquicia, sino un ejercicio interesante de cómo adaptan los medios digitales a una trama de misterio clásica. La película, dirigida por Masayoshi Himura, se beneficia enormemente de su ambientación en la moderna instalación de Interpol "Pacific Buoy", un escenario que, lejos de ser un simple telón de fondo, juega un papel crucial en el desarrollo de la historia y la atmósfera general. La ubicación, una isla remota con una instalación tecnológica de vanguardia, sugiere inmediatamente la omnipresencia de la vigilancia y el potencial de manipulación, temas que resuenan profundamente con la intrincada trama que se despliega.

El guion, escrito por Hiroshi Gotanda, demuestra una comprensión sólida de la mecánica de la intriga. La trama se centra en la creación de un sistema de reconocimiento facial global, lo que inmediatamente plantea preguntas sobre privacidad y seguridad. Sin embargo, la película no se limita a presentar un argumento de ciencia ficción distópica. En lugar de ello, utiliza la tecnología como catalizador para un intrincado plan de asesinato, lo que añade una capa de complejidad que mantiene al espectador enganchado. La planificación del antagonista, el misterioso Dr. Blackwood, es particularmente brillante, mostrando un pensamiento estratégico meticuloso que compensa, en parte, la falta de desarrollo de su motivación. El ritmo, aunque a veces ligeramente pausado, permite la construcción gradual de la tensión y la presentación de pistas falsas que, sin embargo, terminan siendo útiles para el desarrollo del rompecabezas.

Las actuaciones son, como suele ser costumbre en la franquicia, competentes. Ai Hashimoto como Conan Doronobo demuestra su habitual agilidad mental, incluso si su personaje permanece dentro de los parámetros preestablecidos. La química entre los Detective Boys y Conan es un punto fuerte, con un dinamismo que añade diversión y un toque de inocencia a la historia. Sin embargo, es la interpretación de Jun Kunimura como el Dr. Blackwood la que realmente destaca. Su actuación, aunque minimalista, transmite una frialdad y una ambición que le convierten en un villano convincente, incluso si su comportamiento a veces se siente ligeramente forzado.

Visualmente, la película es impecable. El uso de la fotografía en ambientes marítimos es impresionante, creando una sensación de aislamiento y peligro inminente. Los efectos especiales, especialmente en la recreación del submarino de hierro negro, son de alta calidad y logran transmitir la inmensidad y la amenaza de la máquina. Pero la verdadera fortaleza reside en la puesta en escena de los momentos de investigación, con Conan utilizando su mente brillante para desentrañar las pistas y conectar los puntos. La resolución final, aunque con algunos elementos un tanto rebuscados, ofrece un clímax satisfactorio que honra la tradición de los casos de Conan.

En definitiva, “Detective Conan 26: El submarino de hierro negro” es una película de misterio inteligente, visualmente atractiva y que cumple con las expectativas de los fans de la franquicia, ofreciendo una historia que equilibra la intriga detectivesca con la acción y el humor característicos de la serie.

Nota: 7.5/10