Deterrence (Amenaza nuclear) (2000)

(EN) · Acción, Drama, Misterio, Suspense · 1h 41m

Póster de Deterrence (Amenaza nuclear)
Media
2.4 /10

798 votos

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Sinopsis

Año 2008. Tropas norteamericanas han sido movilizadas y enviadas a Corea y al Mar del Japón. Muerto el popular Presidente Buckingham, lo sustituye el vicepresidente Walter Emerson (Kevin Pollack). Convocadas las elecciones primarias, Emerson tiene que responder muchas preguntas sobre su idoneidad para el cargo. Acompañado de su jefe de gabinete Marshall Thompson (Timothy Hutton) y de su asesora de seguridad nacional Gayle Redford (Sheryl Lee Ralph), Emerson sigue los resultados de las elecciones. Pero, de repente, la emisión se interrumpe para dar la noticia de la invasión de Kuwait. Las fuerzas de paz de la ONU han sido atacadas y algunos soldados norteamericanos han muerto. El agresor es Udei Hussein, el Presidente de Irak.

Ficha de la película

Título original

Deterrence


Estreno



Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Marc Frydman, James Spies


Reparto principal de Deterrence (Amenaza nuclear)

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Deterrence (Amenaza nuclear).

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Deterrence (Amenaza nuclear)

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Deterrence (Amenaza nuclear). Consulta sus valoraciones y comentarios.

Emilio Godoy
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (8.0/10)

“Deterrence” (Amenaza nuclear) es un ejercicio de tensión psicológica claustrofóbica que se alza como un reflejo inquietante de los límites del poder y la fragilidad de la diplomacia en un mundo al borde del precipicio. Dirigida por Alex Garland, la película no ofrece un espectáculo explosivo o una trama repleta de giros argumentales, sino que se centra en la lentísima y angustiosa construcción de la paranoia dentro de la Casa Blanca, donde el vicepresidente Walter Emerson (Kevin Pollack) se ve obligado a lidiar con un escenario apocalíptico. La película se aleja del género de acción político, apostando por una experiencia de suspenso narrativo que, en última instancia, es mucho más impactante.

La dirección de Garland es magistral en su capacidad para crear un ambiente opresivo y desolador. La película utiliza una paleta de colores apagados, una fotografía meticulosamente elaborada y una banda sonora minimalista para transmitir una sensación constante de amenaza latente. El uso de la cámara, especialmente en las escenas en la habitación presidencial, es deliberadamente restrictivo, reflejando la prisión mental en la que se encuentran los personajes. La película no depende de efectos especiales grandilocuentes; en su lugar, la tensión se construye a través del diálogo sutil, la expresión facial y la atmósfera densa. La falta de información concreta sobre la crisis internacional añade un nivel de incertidumbre y desesperación que es profundamente perturbador.

Las actuaciones son excepcionales, especialmente las de Kevin Pollack como el vicepresidente Emerson y Timothy Hutton como el jefe de gabinete Marshall Thompson. Pollack ofrece una interpretación sutil y aterradora de un hombre que lucha por mantener la compostura mientras enfrenta una crisis que amenaza con desatar una guerra nuclear. Su rostro, lleno de preocupación y duda, expresa a la perfección el conflicto interno que lo consume. Hutton, por su parte, complementa a Pollack con una presencia imponente y una implacable lógica, representando el lado pragmático y, a veces, despiadado del poder. Sheryl Lee Ralph, en el papel de Gayle Redford, aporta una voz de razón y un contrapunto valioso al creciente caos.

El guion, escrito por Garland y Daniel Arkins, es el corazón de la película. No se centra en la política en sí misma, sino en las consecuencias humanas de las decisiones que se toman en el poder. La película plantea preguntas incómodas sobre la naturaleza de la amenaza, la responsabilidad moral y el costo de la diplomacia. La historia, aunque aparentemente sencilla, está repleta de sutilezas y ambigüedades, dejando al espectador reflexionando sobre las posibles consecuencias de cada acción. No hay respuestas fáciles, y la película no ofrece soluciones. Su fuerza reside en su honestidad brutal sobre la incertidumbre y la posibilidad del fracaso en la prevención de la guerra.

Nota: 8/10

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