“Detrás del candelabro” (Behind the Candelabra), la nueva película de Bryan Singer, no es un biopic convencional sobre el legendario pianista Liberace, sino una exploración compleja y sorprendentemente melancólica de una extraña conexión humana en medio del brillo y el deslumbre de Hollywood. A diferencia de las narrativas centradas en la gloria y la fama, la película se adentra en las sombras, mostrando los anhelos y la vulnerabilidad de Liberace, un hombre que proyectaba un aura de opulencia y hedonismo, pero que en su interior luchaba contra una soledad profunda.
La dirección de Bryan Singer es sólida, aunque quizás un poco demasiado contemplativa en algunos momentos. Evita caer en la romantización excesiva, presentando a Liberace como un personaje profundamente inseguro, atormentado por su pasado y por la constante necesidad de complacer a su audiencia. La película respeta la estética de la época, recreando con gran detalle los escenarios de las fiestas de Hollywood y los lujosos camerinos, pero sin sobrecargar la narrativa visual. La fotografía es exquisita, utilizando la luz y la sombra para subrayar las emociones de los personajes, especialmente la de Liberace.
El elenco es, sin duda, el corazón de la película. Jeff Bridges ofrece una actuación magistral, capturando la esencia de Liberace con una delicadeza y un matiz que raya en lo extraordinario. Su interpretación es convincente en todos los niveles, desde la carismática exuberancia del artista público hasta la vulnerabilidad y la tristeza de un hombre solitario. Scott Thorson, interpretado por Michael Douglas, es un personaje complejo y fascinante. Douglas logra transmitir tanto la admiración que siente por Liberace como la desesperación por su constante manipulación. La química entre ambos actores es palpable, creando una relación creíble y profundamente conmovedora. Las secundarias actuaciones, como las de Catherine Hepworth como Clara Parker, la secretaria de Liberace, y Rob Lowe como el productor Hal Prince, también son sólidas y contribuyen a la riqueza del universo cinematográfico.
El guion, adaptado de las memorias de Liberace, es inteligente y no se limita a una mera cronología de sus éxitos. Explora la dinámica de poder en la relación entre Liberace y Thorson, mostrando cómo el joven asistente se convierte en un objeto de deseo y, al mismo tiempo, en una fuente de consuelo para el artista envejecido. La película plantea preguntas sobre la naturaleza de la amistad, la búsqueda de la aceptación y la soledad inherente al éxito. Se presta especial atención al impacto de la relación en la vida de Thorson, mostrando cómo su futuro se ve afectado por la obsesión de Liberace. La película no rehúye de los aspectos más oscuros de la historia, como la manipulación, la infidelidad y el abuso de poder. Sin embargo, lo hace con un tono reflexivo y sin juzgar moralmente a sus personajes, permitiendo que el espectador forme sus propias conclusiones.
En definitiva, "Detrás del candelabro" es una película que va más allá de la superficie, revelando una historia humana inesperadamente conmovedora. Es un retrato honesto y complejo de un hombre que, a pesar de su fama y fortuna, nunca pudo encontrar la verdadera felicidad. Es una película que se queda con el espectador mucho después de que las luces se apagan.
Nota: 8/10