Dheepan (2015)

‘Dheepan’ no es una película que te empuja a la pantalla con imágenes impactantes o con un melodrama convencional. Es una película de silencios, de miradas, de gestos que te penetran lentamente, como el frío viento del norte de Francia que sopla sobre la piel de Dheepan, su protagonista. Jacques Audiard, a través de un guion meticuloso y apabullante, nos presenta una historia de asilo que es, a la vez, una reflexión sobre la identidad, la inmigración y la búsqueda de una vida digna en un país extranjero. El film, estrenada en 2015, se basa en una experiencia real y eso se siente: la película no busca sensacionalismos, sino una representación cruda y realista de las dificultades que enfrentan los refugiados.

La dirección de Audiard es soberbia. Se aleja de las soluciones fáciles, de la grandilocuencia, y se centra en la intimidad de las relaciones entre los personajes. La fotografía de Éric Solopart es fundamental para crear esta atmósfera densa y a la vez delicada. El uso de colores apagados, la iluminación natural, casi siempre, y el encuadre preciso refuerzan la sensación de vulnerabilidad y de aislamiento. Se observa un control absoluto de la composición, evitando los planos excesivamente llamativos y permitiendo que la historia se desarrolle con la naturalidad de la vida real. La banda sonora, minimalista y evocadora, complementa magistralmente la narrativa visual y auditiva.

La actuación de Suradip “Dhun” Krishnan como Dheepan es, sencillamente, magistral. Su interpretación es una mezcla perfecta de fragilidad y determinación. No solo domina el lenguaje corporal, sino que transmite una profunda tristeza, un temor constante, pero también una resiliencia silenciosa que te conmueve profundamente. Lesya, interpretada por Yolene Raharavelomanana, aporta una ternura conmovedora como madre, y Janik, el hijo, es un personaje que evoluciona a lo largo de la película, mostrando una madurez sorprendente. Las interacciones entre los tres, cargadas de tensión y de afecto, son el corazón de la película. No se intenta que los personajes sean héroes; son personas comunes que intentan sobrevivir y encontrar un lugar en el mundo. Su lucha por la supervivencia, su intento de construir una vida, es lo que realmente nos conecta con la historia.

El guion, además, aborda temas complejos como la hipocresía de las instituciones, la ambigüedad moral en tiempos de crisis, y la dificultad de encontrar un lugar al que pertenecer. La trama que se desarrolla a medida que Dheepan se adapta a la vida en Francia, y su posterior implicación en el tráfico de drogas, no es un giro abrupto, sino una consecuencia lógica de su situación y de su desesperación. La película no juzga a sus personajes, sino que los presenta tal como son, con sus virtudes y sus defectos. ‘Dheepan’ no ofrece respuestas fáciles, sino que invita a la reflexión sobre la condición humana y sobre los dilemas éticos que plantea la inmigración. Es una película que te queda grabada en la memoria mucho después de que terminen los créditos.

Nota: 9/10