“Diario de un Vampiro” (What We Do in the Shadows, 2014) no es, en absoluto, la típica película de vampiros. Olvídense de clichés de sangre goteando, de batallas épicas y de amantes mortales. Esta comedia paranormal, creada por Taika Waititi y Jemaine Clement, ofrece una visión refrescantemente realista, absurda y profundamente divertida de la vida de un grupo de vampiros centenarios que intentan adaptarse a la vida moderna en el corazón de Auckland, Nueva Zelanda. La película se centra en Vladislav, interpretado con una majestad inquietante por Matt Berry, un vampiro rumano que ha pasado más de un siglo residiendo en una casa de Auckland, intentando desesperadamente mantener su estatus y, sobre todo, su reputación de ser el 'mejor' vampiro.
La dirección de Waititi es magistral, logrando un equilibrio perfecto entre lo grotesco y lo cotidiano. Utiliza una paleta de colores vibrantes, un diseño de producción impecable que yuxtapone elementos medievales y contemporáneos, y un ritmo narrativo que mantiene la atención del espectador con ingenio y humor. La película es visualmente deslumbrante, con escenas que, aunque surrealistas, se sienten sorprendentemente creíbles debido a la dirección y al maquillaje. La banda sonora, compuesta por Jemaine Clement, es crucial para la atmósfera, empleando música clásica y pop de décadas pasadas con una mezcla encantadora y, a veces, profundamente irónica. Pero más allá del estilo visual, lo que realmente destaca es la forma en que Waititi explora la peculiar dinámica entre estos seres no muertos. No son villanos despiadados, sino seres socialmente torpes, atrapados en las limitaciones de su inmortalidad y lidiando con las trivialidades de la vida moderna.
Las actuaciones son excepcionales. Matt Berry lleva el papel de Vladislav a un nivel superior, con un acento exagerado, un comportamiento excéntrico y una capacidad innata para la comedia física. Nicolaj Arndt como el vampiro neozelandés, Petyr, ofrece un contrapunto perfecto con su torpeza y falta de respeto a la tradición vampírica. La química entre los cuatro protagonistas es palpable y contribuye enormemente al humor de la película. El guion, en manos de Waititi y Clement, es una obra maestra de la comedia surrealista. Se basa en situaciones cómicas derivadas de las dificultades de los vampiros para adaptarse a las normas sociales, como el intento de Petyr por 'modernizarse' o la lucha de Vladislav por mantener su reputación. Los diálogos son ingeniosos, llenos de referencias culturales y de una peculiar forma de hablar que hace que la película sea una auténtica joya del humor. No es simplemente chistoso; el guion tiene una profundidad inusual, explorando temas como la soledad, la pérdida y la búsqueda de significado a través de la perspectiva de estos seres inmunes al tiempo.
En definitiva, "Diario de un Vampiro" es una comedia paranormal inteligente, original y tremendamente divertida. Rompe con las convenciones del género y ofrece una visión fresca y sorprendente de los vampiros. Es una película que se disfruta tanto por su humor inteligente como por su estética visualmente impactante y sus actuaciones memorables. Una experiencia cinematográfica única que recomendaría a cualquiera que busque algo diferente y que le guste reírse de la inmortalidad.
Nota: 8.5/10