Diario íntimo de Adela H. (1975)

“Diario íntimo de Adela H.” es una película que se instala en la mente como un eco persistente, un susurro de melancolía y arrepentimiento. No es un melodrama grandilocuente ni un drama épico; es, en su lugar, una exploración sutil y profundamente evocadora del deseo, la pérdida y las consecuencias de las decisiones tomadas en el pasado. Dirigida por Claire Denis, la película utiliza un lenguaje visual y sonoro que, a pesar de no ser explícitamente romántico, genera una atmósfera cargada de tensión y anhelo. La película se beneficia enormemente de la maestría de Denis, quien opta por un ritmo deliberado, permitiendo que las imágenes, los espacios y la música acompañante hablen por sí mismos, creando un efecto de inmersión que involucra al espectador a un nivel casi visceral.

La protagonista, interpretada con una intensidad silenciosa por Adèle Haenel, es un personaje complejo y, en cierto modo, incomprensible. Su Adèle es frágil, vulnerable, pero también obstinada y un tanto desconectada. Haenel ofrece una actuación cautivadora, transmitiendo a través de miradas, gestos y una expresión facial increíblemente sutil, la desesperación de una mujer que se aferra a una esperanza condenada. Su Adèle no busca la justificación ni la aprobación del público; simplemente existe, atrapada en un ciclo de recuerdos y deseos que la consumen. El resto del reparto, principalmente interpretado por rostros poco conocidos, contribuye a la sensación de aislamiento y alienación del protagonista, acentuando el impacto de su soledad.

El guion, adaptado de los diarios de Adèle Hugo, está escrito con una precisión y una delicadeza notables. No se recurre a explicaciones detalladas o diálogos artificiosos. La película se basa en la sugerencia, en la presentación de situaciones y en el uso magistral del espacio y el tiempo. La relación entre Adèle y Pinson, aunque nunca se desarrolla plenamente, está impregnada de un deseo inconfesable, de una atracción palpable que se manifiesta en sutiles interacciones y miradas robadas. La película no necesita mostrar la pasión, la expresa a través del silencio, de la incomunicación y de la persistencia de un anhelo que trasciende el tiempo. Es una de las fortalezas de la película: la sugerencia es mucho más poderosa que la demostración explícita.

El uso del color y la fotografía son igualmente impresionantes. La paleta de colores, predominantemente apagada y terrosa, contribuye a la atmósfera opresiva y melancólica de la película. El paisaje de Nueva Escocia, con sus verdes exuberantes y sus costas rocosas, se convierte en un reflejo del estado emocional de Adèle, un lugar de belleza salvaje pero también de aislamiento y pérdida. La banda sonora, compuesta por Johan de Meij, es fundamental para el éxito de la película, creando un ambiente de inquietud constante y amplificando las emociones del espectador.

En definitiva, "Diario íntimo de Adela H." es una película que exige atención y paciencia, pero que recompensa al espectador con una experiencia cinematográfica profundamente emotiva y memorable. Es una obra que invita a la reflexión sobre el amor, la pérdida y las consecuencias de nuestras decisiones. No es un filme fácil, pero es, sin duda, una de las películas más significativas de los últimos años.

Nota: 8/10