Die drei Ausrufezeichen (2019)

“Die drei Ausrufezeichen” (Las tres señales de interrogación) es una película que, en su esencia, promete un misterio juvenil y emocionante, y en gran medida, cumple esa promesa. La premisa – un grupo de amigas que, en lugar de ensayar una producción de Peter Pan, se ven envueltas en una serie de extraños sucesos en el teatro local – es lo suficientemente atractiva como para enganchar al espectador desde el principio. La dirección de Marco Szacowski, aunque generalmente sólida, no alcanza la audacia que podría haber elevado la película a un nivel superior, optando por un estilo visual que, aunque agradable, permanece dentro de lo convencional del género.

El guion, adaptado de un libro, presenta una trama que, inicialmente, se siente un poco lenta. Hay una construcción del misterio un tanto pausada, y aunque esto permite conocer a los personajes y establecer una atmósfera de inquietud, puede resultar tediosa para el público más acostumbrado a thrillers más directos. Sin embargo, a medida que avanza la historia, se afina el ritmo, y la intriga aumenta gradualmente. Los diálogos son, en general, decentes, pero carecen de la chispa que podría haberlos hecho memorables. Se centra mucho en la dinámica de amistad entre Franzi, Marieave y Kim, y es ahí donde la película realmente brilla. La relación entre ellas es genuina y el conflicto que surge a raíz de los sucesos del teatro añade una capa interesante al desarrollo de la historia. A pesar de algunas convenciones del género, se evita caer en clichés excesivos, ofreciendo un desarrollo de personajes que, en su mayoría, son creíbles.

El reparto es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Lena Gercke encarna a Franzi con una combinación de vulnerabilidad y determinación que la hace una protagonista fácilmente identificable. Las actuaciones de las otras dos amigas, Laura Bagel y Greta Dorner, son igualmente convincentes, aportando matices y contrastes a la dinámica del grupo. Aunque las interpretaciones no son particularmente innovadoras, cumplen su función de hacer que los personajes sean cercanos y con los que el espectador puede conectar.

La banda sonora, compuesta por Klaus Badelt, es una de las piezas más destacadas de la película. Las melodías, inquietantes y evocadoras, ayudan a mantener la tensión y a crear una atmósfera de suspense. La cinematografía, aunque no sobresaliente, cumple su cometido y se integra bien con el tono general de la película. El diseño de producción, que incluye el emblemático teatro, es cuidado y añade autenticidad a la historia. En resumen, "Die drei Ausrufezeichen" es una película de misterio juvenil que, aunque no es una obra maestra, ofrece un entretenimiento decente, impulsado principalmente por su sólida base de amistad y una banda sonora efectiva. Ofrece un escape agradable, pero carece de la originalidad y el impacto emocional que podrían haberla transformado en algo verdaderamente memorable.

Nota: 6.5/10