Difícil elección (1994)

“Difícil elección” (Difficult Choices) es una película que, a pesar de su premisa aparentemente sencilla, se revela como una exploración sutil y conmovedora de la soledad, el arrepentimiento y la redención. Dirigida por Simon Curtis, la película no opta por la grandilocuencia emocional, sino por la observación paciente y realista del comportamiento humano ante la inesperada responsabilidad de la paternidad. La película se centra en Gareth Keenan, interpretado magistralmente por Michael Caine, un hombre de 47 años, retraído y consumido por la timidez, que inesperadamente se encuentra con la oportunidad de adoptar a Rhys, un niño de 10 años con un pasado turbulento y un comportamiento desafiante.

Caine, como siempre, ofrece una actuación extraordinaria. Logra transmitir la complejidad del personaje de Gareth con una precisión admirable. No es un héroe, ni un villano; es un hombre común, imperfecto, que lucha con sus propios demonios y, de manera gradual, comienza a encontrar un propósito en la vida de Rhys. Lo que Curtis consigue es evitar la melodramatización, permitiendo que la evolución de Gareth sea orgánica y creíble. Su dirección es delicada, centrada en los pequeños detalles: una mirada, un gesto, una conversación. Estas pequeñas observaciones son las que definen la profundidad de la película. La fotografía, con sus tonos grises y la atmósfera sombría del paisaje gales, contribuye a crear una atmósfera de melancolía que refleja el estado emocional de los personajes.

El guion, adaptado de un libro de Antonia Honeywell, se distingue por su honestidad. No se presenta una solución fácil o un camino recto hacia la felicidad. La película se centra en los desafíos prácticos y emocionales que Gareth enfrenta al tratar de ser un padre para Rhys. Las secuencias entre los dos son el corazón de la película y, a menudo, son incómodas y desafiantes. No se simplifica la relación; es un proceso de aprendizaje mutuo, de pequeñas victorias y grandes fracasos. La película explora temas importantes como el abandono infantil, el trauma y la necesidad de conexión humana. El guion, aunque no especialmente innovador en su trama, se beneficia enormemente de la autenticidad con la que se aborda el tema de la adopción, evitando clichés y enfocándose en las realidades cotidianas.

A pesar de su tono generalmente melancólico, “Difícil elección” ofrece momentos de genuina alegría y esperanza. La película no busca resolver todas las preguntas que plantea, sino que invita al espectador a reflexionar sobre la naturaleza del amor, la responsabilidad y la posibilidad de encontrar significado en la vida. No es una película fácil de ver, pero es una película que permanece contigo mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar. Es una narrativa humana que honra la complejidad del ser y la importancia de las elecciones que tomamos.

Nota: 7.5/10