“Digimon: La película” es un artefacto peculiar del cine de animación y, en particular, de la nostalgia de los años 90. Adaptación de cuatro capítulos originales de las OVAs japonesas, la película no intenta ser una secuela convencional; más bien, se presenta como un *remix* de recuerdos de la serie, un intento de encapsular la esencia de los primeros años de Digimon. La dirección, por parte de Yoshiharu Sugiyama, es competente, logrando mantener un ritmo constante y una dinámica visual que, si bien no es particularmente innovadora, cumple su función de guiar al espectador a través de las distintas narrativas. La edición es un área donde se nota la necesidad de condensación; la decisión de fusionar los relatos, aunque comprensible para una película de una hora y media, sacrifica momentos que, en el formato original, quizás habrían enriquecido la experiencia. No obstante, la puesta en marcha es sólida y la banda sonora, evocadora de la época, contribuye a la atmósfera general.
Las actuaciones de voz, por supuesto, son cruciales. La dupla principal, Tai y Kari, interpretados por Daisuke Ono y Mamiko Noto, mantienen la química que caracterizó a sus personajes en la serie. Sin embargo, me resultó difícil sentir una conexión profunda con ellos en el contexto de la película. Su diálogo es funcional, pero carece de la profundidad emocional que podría haber elevado el drama. Otros personajes, como Ken y Mimi, también son representados de manera correcta, aunque con menos desarrollo que merecerían. El antagonista, Diaboromon, interpretado por Mitsuko Yanagihara, es efectivo en su representación como una amenaza digital, pero su motivación queda un poco diluida en la trama. La escena de su evolución, aunque visualmente impactante, se siente precipitada y, en última instancia, un tanto desprovista de impacto emocional.
El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. La historia principal, centrada en el primer encuentro de Tai y Kari con un Digimon, es interesante y ofrece un buen vistazo a los conceptos básicos de la serie. Sin embargo, la trama se vuelve un poco confusa en la segunda mitad, al tratar de integrar las historias de Digimon 02. La necesidad de justificar el viaje a Estados Unidos y la investigación sobre el Digimon que ataca a Kari y Takeru resulta forzada y no logra conectar de manera efectiva con el resto de la película. La película, en esencia, intenta abarcar demasiado, tratando de reunir elementos de diferentes historias y defrascarse entre la nostalgia y la trama principal. Aunque la intención de revivir el espíritu de los primeros años de Digimon es admirable, el resultado final es un mosaico imperfecto de recuerdos y conceptos, que no alcanza el nivel de una secuela de calidad.
A pesar de sus fallos, “Digimon: La película” puede resultar atractiva para los fans más acérrimos de la franquicia, que disfrutan revivir los momentos emblemáticos de la serie. Ofrece un viaje nostálgico, aunque superficial, al universo de Digimon. Para el público general, sin embargo, puede resultar una experiencia decepcionante. La película carece de la complejidad narrativa y la profundidad emocional necesarias para ser una obra de animación destacada.
Nota: 6/10