Dime con cuántos (2011)

“Dime con cuántos” es un filme que, con una premisa original y sorprendentemente efectiva, se pierde en una ejecución que, si bien ofrece momentos de genuino entretenimiento, no llega a explotar todo su potencial. La película, dirigida por Mateo Sánchez, se presenta como una comedia romántica con un trasfondo de auto-análisis y reflexión sobre las expectativas y los arrolladores estereotipos relacionados con el amor y la felicidad. La historia de Ally, interpretada magistralmente por Lucía Gómez, es profundamente relatable. Observamos a una mujer, exitosa en su profesión pero emocionalmente desorientada, que, tras una crisis existencial exacerbada por un artículo periodístico, decide que la clave para encontrar un amor duradero reside en analizar sus relaciones pasadas, específicamente en examinar las características de aquellos que han dejado una huella significativa en su vida.

La dirección de Sánchez es competente y maneja bien el ritmo de la narrativa. A pesar de que la premisa es poco original, la película consigue mantener la tensión y el interés del espectador gracias a su estilo visual moderno y a la habilidad para construir escenas de tensión y humor. Los diálogos son ágiles y, en su mayoría, bien escritos, aunque en algunas ocasiones recurren a clichés del género. Sin embargo, la película logra imprimirle un toque de frescura a ciertos temas, como la complejidad de las relaciones humanas y la presión social que se ejerce sobre las mujeres para cumplir con un modelo de vida “perfecto”. La banda sonora, con canciones pop contemporáneas, complementa la estética general y contribuye a crear una atmósfera vibrante y actual.

El corazón de la película reside en la interpretación de Lucía Gómez, quien ofrece una actuación convincente y llena de matices. Gómez logra transmitir la vulnerabilidad, el sarcasmo y el anhelo de Ally con una naturalidad que roba el protagonismo. El reparto secundario, encabezado por Álvaro Cervantes como Ben, el “ex” que se convierte en el objeto de su obsesión, complementa la actuación de Gómez de manera sólida, aportando una dosis de humor y simpatía. La relación entre los dos personajes se desarrolla de una manera orgánica y creíble, sin recurrir a fórmulas preestablecidas. En cuanto al guion, presenta algunos momentos brillantes y otros, más lentos. El ritmo podría haber sido más ágil, especialmente en la segunda mitad de la película, donde la trama se vuelve algo predecible.

A pesar de sus fallos, “Dime con cuántos” se presenta como una propuesta refrescante en el panorama cinematográfico español. Es una película que invita a la reflexión sobre las expectativas y las ilusiones que solemos tener sobre el amor, y que, además, ofrece un buen rato de entretenimiento. La ambición de explorar el concepto del “mejor ex” como catalizador del amor verdadero es interesante y, aunque no llega a ser una obra maestra, sí que merece la pena ser vista. Es una comedia romántica con corazón y con un mensaje positivo, sobre la importancia de conocerse a uno mismo para poder encontrar la felicidad.

Nota: 6.5/10