Dios blanco (2014)

(HU) · Drama · 1h 59m

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Póster de Dios blanco
Media
4.0 /10

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Disponible en

Dónde ver Dios blanco

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Sinopsis

Un cuento visionario entre una especie superior y sus congéneres caídos en desgracia… Una nueva ley da preferencia a los perros de raza e impone un tributo considerable por las razas cruzadas. Rápidamente, los refugios caninos se llenan con perros abandonados. Lili, 13 años, lucha por proteger a su perro, Hagen, pero su padre lo suelta en la calle. Hagen y su ama se buscan por todos los medios, hasta que un día Lili baja los brazos. Por su parte, Hagen lucha por sobrevivir y rápidamente se da cuenta de que no todo el mundo es el mejor amigo del perro. Se une a un grupo de perros errantes, es capturado y enviado a la perrera. Entonces, los perros aprovechan para escapar y hacer una revolución contra los seres humanos. Su venganza será despiadada. La única que podría terminar con la guerra entre el hombre y el perro sería Lili.

Ficha técnica

Título original

Fehér Isten


Estreno


Géneros

Idioma original

HU



Guionista

Viktória Petrányi


Reparto principal de Dios blanco

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Dios blanco.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Dios blanco

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Dios blanco. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Jorge Quintero
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (7.0/10)

“Dios blanco” no es una película fácil de olvidar. Dirigida con una meticulosa estética que recuerda a un extraño sueño de Terry Gilliam, la película se instala como un cuento distópico que, si bien no siempre logra un impacto emocional total, ofrece una experiencia visualmente rica y una reflexión perturbadora sobre la naturaleza de la sociedad y la relación entre el ser humano y el animal. La narrativa, centrada en Lili y su perro Hagen, es simple pero efectiva; un pequeño microcosmos donde se amplían temas de discriminación, abandono y la brutalidad de la supervivencia.

El guion, aunque deliberadamente lento y a veces redundante, plantea una premisa original y fascinante. La idea de una sociedad en la que la raza canina es jerarquizada y su propia existencia tributa es perturbadora, y la película explora las consecuencias de esta desigualdad con un matiz sutil pero contundente. La evolución de Hagen, desde un perro cariñoso y dependiente hasta un superviviente endurecido por las circunstancias, es el corazón de la historia. Sin embargo, a veces la película se pierde en descripciones excesivas de la nueva ley y la vida en el mundo post-humano, ralentizando el ritmo y diluyendo el impacto dramático. El tono de desesperación que impregna la película a menudo se ve afectado por esta lentitud, perdiendo fuerza en el proceso.

Las actuaciones son sólidas. La joven actriz que interpreta a Lili transmite una vulnerabilidad genuina y una determinación admirable. Su lucha por recuperar a Hagen es la que da fuerza emocional a la narrativa. El resto del reparto de perros, aunque no interpretado por actores humanos, consigue transmitir una diversidad de personalidades y comportamientos que contribuyen a la credibilidad del mundo que se presenta. La dirección de fotografía, con una paleta de colores apagados y una iluminación natural, crea una atmósfera opresiva y melancólica, que se suma a la sensación de desolación generalizada. Es un trabajo visualmente destacable, aunque a veces la estética se convierte en un fin en sí mismo, eclipsando ligeramente el desarrollo de los personajes.

La película no rehúye la violencia, y las escenas de la revuelta canina son visualmente impactantes, aunque estilizadas. Es importante destacar que la película no busca justificar la violencia, sino mostrar las consecuencias de la opresión y la desesperación. El final, deliberadamente ambiguo, deja al espectador reflexionando sobre el futuro de la humanidad y el destino de las criaturas que compartían con ella el planeta. “Dios blanco” es una película que exige una visualización comprometida, pero que recompensa a aquellos que estén dispuestos a sumergirse en su mundo distópico. No es una obra maestra, pero sí una experiencia cinematográfica original y provocadora, que permanece en la memoria con una fuerza sorprendente.

Nota: 7/10

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