En conclusión, Discordias a la carta es una película excepcionalmente bien hecha que nos ofrece una historia emotiva y compleja sobre amistad y relaciones. La dirección, el guion y las actuaciones son de calidad superior, lo que nos permite disfrutar de una experiencia cinematográfica enriquecedora y memorable. Es una obra maestra que no debe ser perdida.
Discordias a la carta (1995)
(EN) · Romance, Comedia · 1h 41m
Sigue gritando. Todavía luchando. Todavía listo para el amor.
Sinopsis de Discordias a la carta
El verano ha llegado a Minnesotta y la relación entre Max y John ha mejorado considerablemente, tanto que se han hecho amigos. Además, comparten una gran afición por la pesca y pasan largas horas en el lago. María, una atractiva italiana, llega con su madre al pueblo con la intención de convertir la antigua tienda de artículos de pesca del lago en un restaurante. Max, temiendo que los clientes espanten a los peces, tratará de ponerle todo tipo de dificultades; pero John está convencido de que lo que su amigo necesita es una esposa, así que pondrá en marcha sus propios planes.
Ficha técnica
Grumpier Old Men
EN
Richard C. Berman, John Davis
Reparto principal de Discordias a la carta
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Discordias a la carta.
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de Discordias a la carta
Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.
Críticas de la película
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“Discordias a la carta” es una comedia rural de ritmo pausado que, si bien posee encanto y una atmósfera pintoresca, no logra alcanzar la excelencia que su premisa y sus personajes prometen. Dirigida por Mark Helfrich, la película se adentra en la vida de un pequeño pueblo de Minnesota durante el verano, ofreciendo un retrato de la vida cotidiana con toques de humor y una leve crítica a la modernidad frente a la tradición. La película se centra en la evolución de la amistad entre Max y John, dos hombres con personalidades contrastantes que encuentran un terreno común en la pesca, y en el intento de John de conquistar a María, una nueva llegada con aspiraciones de revitalizar un negocio local.
La dirección de Helfrich es competente, logrando capturar la belleza del entorno rural y la tranquilidad del pueblo. Sin embargo, a veces se siente un poco demasiado contemplativa, dejando que los momentos de calma se prolonguen más de lo necesario, lo que puede resultar en cierta lentitud en el ritmo narrativo. Los planos son cuidados, destacando la luz del verano y los colores de la naturaleza, pero la dirección no aporta una profundidad visual que eleve la experiencia cinematográfica por encima del plano medio estándar.
En cuanto a las actuaciones, las de Ben Foster como Max y John McEnroe como John son sólidas y convincentes. Foster, en particular, ofrece una interpretación sutil pero efectiva de un hombre atormentado por sus propias inseguridades. McEnroe, a pesar de su imagen pública, demuestra una notable capacidad para la comedia física y la improvisación, aportando una energía palpable a su personaje. La química entre Foster y McEnroe es palpable, y sus interacciones, a menudo tensas y llenas de sarcasmo, son el corazón de la película. La interpretación de la italiana, María, es más discreta, aunque logra transmitir un cierto magnetismo.
El guion, escrito por Helfrich y Michael L. White, presenta ideas interesantes, principalmente en la dinámica de la amistad y el choque entre la visión conservadora de Max y el deseo de John de modernizar el pueblo. Sin embargo, la ejecución del guion resulta algo desigual. Hay momentos de humor genuino, especialmente en las interacciones entre Max y John, pero también hay diálogos que se sienten forzados y situaciones que podrían haberse desarrollado de una manera más orgánica. El tema central de la resistencia al cambio y la importancia de la tradición, aunque presente, no se explora con la profundidad que merecía. La trama secundaria del restaurante de María, aunque introduce un elemento de conflicto, se siente un tanto desaprovechado y desvinculado del núcleo narrativo.
En definitiva, “Discordias a la carta” es una comedia agradable, pero sin grandes pretensiones. No es una obra maestra, pero ofrece un retrato realista de la vida en una comunidad rural y presenta personajes con los que es fácil conectar. Su ritmo pausado y su enfoque en la relación entre Max y John, junto con las sólidas actuaciones de Foster y McEnroe, son sus mayores virtudes. Pero su guion, a veces irregular, impide que la película alcance su máximo potencial.
Nota: 6.5/10
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