Divergente (2014)

“Divergente” llegó a los cines con la promesa de un futuro distópico, una reinterpretación moderna de conceptos clásicos como la conformidad y la rebelión. Y, en gran medida, cumple con esa promesa, aunque no sin cierta torpeza y un desarrollo narrativo que podría haber sido más pulido. La película, dirigida por Neil Burger, nos presenta una sociedad dividida en cinco facciones – Verdad, Abnegación, Osadía, Cordialidad y Erudición – donde la elección de la adolescencia obliga a los individuos a elegir su lugar predestinado. La premisa es interesante, y el mundo construido por los guionistas está visualmente rico, con una arquitectura futurista y unos vestuarios que evocan tanto la estética industrial como la de un uniforme militar, creando una atmósfera densa y opresiva. No obstante, la ejecución de esta idea compleja tiene algunos fallos que restan valor al conjunto.

El guion, adaptado de la novela de Veronica Roth, se centra en Beatrice Prior, quien al elegir la facción de Osadía, descubre que es “divergente,” es decir, que posee habilidades y rasgos que no encajan en ninguna de las categorías predefinidas. Esta dualidad la coloca en una posición peligrosa, ya que su existencia amenaza el orden establecido y la hace objeto de la persecución de la facción de Erudición. El conflicto central es comprensible, pero el ritmo narrativo es irregular, con momentos de tensión sostenida seguidos de pausas innecesariamente largas y diálogos a veces torpes. La tensión no siempre se construye de la manera más efectiva, y algunas subtramas, como la relación de Tris con los líderes de Osadía, se sienten como añadidos más que elementos esenciales para la trama principal.

Shailene Woodley ofrece una interpretación convincente de Tris Prior. Su carisma y vulnerabilidad son palpables, y logra transmitir la confusión, el miedo y la determinación de la protagonista. Theo James, como Four, complementa a Woodley con una elegancia contenida y una intensidad silenciosa, aunque su personaje a veces carece de profundidad y permanece en un papel meramente de apoyo emocional. El reparto secundario, con rostros conocidos como Kate Winslet y Jeff Bridges, no logran destacar, quedando relegados a roles que no ofrecen la oportunidad de explorar su potencial.

A pesar de sus defectos, “Divergente” es una película entretenida que invita a la reflexión sobre la libertad individual y la importancia de la autenticidad. La atmósfera distópica es efectiva, y el mensaje subyacente sobre la necesidad de romper con las normas impuestas es pertinente. Sin embargo, la falta de originalidad en algunos de sus elementos y un desarrollo de personajes desiguales impiden que la película alcance su máximo potencial. Podría haber sido un hito del género distópico, pero finalmente se queda en un sólido, aunque poco memorable, intento.

Nota: 6/10