Divinity (2023)

“Divinity” es una película que, en su ambición, acaba por resultar un tanto frívola y desconectada de la profundidad que sugiere su premisa. La historia, centrada en dos hermanos que viajan a un planeta devastado por la búsqueda de una cura para la infertilidad artificial, se presenta inicialmente con una fuerza distópica que promete una reflexión sobre el consumismo y las consecuencias de la ambición desenfrenada. Sin embargo, la ejecución de la película carece de la sutileza y el rigor que merecía la idea.

La dirección de Liam Scales demuestra un cierto control visual, logrando crear atmósferas claustrofóbicas y alienantes en los entornos postapóstatos. El planeta, con sus estructuras retorcidas y su atmósfera tóxica, es un elemento visualmente atractivo, aunque a menudo se utiliza de forma superficial, como un mero recurso de fondo para las escenas de acción. La paleta de colores, dominada por tonos sepia y grises, contribuye a la sensación de desolación y decadencia, pero se limita a replicar clichés visuales del género distópico, sin ofrecer ninguna propuesta original. La banda sonora, aunque efectiva en algunos momentos, a veces se siente invasiva y opaca, compitiendo con la narrativa en lugar de complementarla.

El núcleo de la película reside en las actuaciones de los hermanos, interpretados por Caleb Landry Jones y Josh Helman. Ambos ofrecen interpretaciones convincentes, capturando la desesperación y la ambivalencia de sus personajes. Jones, especialmente, transmite con solidez el peso de la culpa y la desilusión, mientras que Helman aporta una mezcla de fragilidad y determinación. No obstante, el guion, que se jacta de ser un thriller político, se pierde en demasiados clichés del género. Los diálogos a menudo son forzados y poco realistas, y la trama se complica innecesariamente con giros argumentales predecibles y un ritmo irregular. La exploración de la corrupción corporativa, presente en la búsqueda de la inmortalidad, es superficial y se centra más en el espectáculo de la violencia que en el análisis de sus implicaciones morales.

La película intenta abordar temas complejos como la ética científica, la desigualdad social y la pérdida de la humanidad, pero estos temas se tratan de manera tosca y poco profunda. Se recurre frecuentemente a escenas de acción exageradas y poco narrativas, que desvían la atención de la historia principal. El desarrollo de los personajes secundarios es prácticamente inexistente, convirtiéndolos en meros peones en el conflicto central. Si bien la película logra generar cierta tensión en algunos momentos, la falta de coherencia en la trama y la sensación de que se ha renunciado a las posibilidades narrativas más interesantes, minan su impacto final. “Divinity” es un intento de explorar una idea prometedora, pero que, en última instancia, no logra alcanzar su potencial.

Nota: 5/10