
DOA: Dead or Alive (2006)
(EN) · Aventura, Acción, Suspense · 1h 27m
Solas son irresistibles. Juntas son imbatibles.

Dónde ver DOA: Dead or Alive
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Sinopsis
Tina Armstrong es una superestrella en el mundo de la lucha femenina. Christie es una bella ladrona y asesina a sueldo. La princesa Kasumi es una guerrera aristócrata asiática que recibió formación de maestros de las artes marciales. Helena Douglas es una atleta de deportes extremos cuyo trágico pasado la obliga a confinarse en un lejano palacio del sureste asiático, que es donde tiene lugar el torneo de Dead Or Alive. A ellas se unirá, en aquel selvático paraje, la flor y nata de los luchadores de élite mundial, todos ellos esforzándose al máximo para conseguir el premio de 10 millones de dólares. Entre los contendientes se encuentra Zack, el luchador callejero, Bayman, poseedor de un récord Guinness y conocido como "el hombre más fuerte de Australia"; y el duro Leon.
Ficha de la película
DOA: Dead or Alive
EN
Paul W. S. Anderson, Robert Kulzer, Bernd Eichinger, Jeremy Bolt, Mark A. Altman
Reparto principal de DOA: Dead or Alive
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en DOA: Dead or Alive.
Tráiler Oficial

Críticas de la película
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“Dead or Alive” (DOA), la película de 1998 dirigida por choreographer y director de arte de Hong Kong, Tsui Hark, es mucho más que una simple película de artes marciales; es una explosión de acción estilizada, una declaración de intenciones visuales y una propuesta audaz que, a pesar de sus fallas, sigue siendo un hito del género. La película se sumerge en un torneo brutal y lleno de riesgos, ambientado en un palacio aislado en el sudeste asiático, donde luchadores de élite se enfrentan por un premio sustancioso y la posibilidad de la inmortalidad. Hark, conocido por su trabajo con Jackie Chan, no se limita a imitar las convenciones del género; en cambio, las subvierte y las redefine con una energía inigualable.
El director se centra en la puesta en escena como elemento central. Las coreografías de lucha, diseñadas por Ann Huynh, son intrincadas, frenéticas y visualmente espectaculares. La coreografía no se limita a movimientos lentos y elaborados, sino que abraza la velocidad, la improvisación y la brutalidad. La cámara, en su mayoría, captura la acción desde ángulos inusuales, creando una sensación de caos controlado que te sumerge directamente en el ring. Sin embargo, esta apuesta por la estética a veces sacrifica la profundidad narrativa, dejando que la acción reine sobre el desarrollo de los personajes, lo cual es una paradoja interesante considerando el complejo trasfondo de las protagonistas.
Las actuaciones son generalmente sólidas. Rebecca Romijn como Tina Armstrong, la superestrella de la lucha, aporta una vitalidad y una agresividad contagiosas. Michelle Yeoh como Kasumi, la guerrera aristocrática, ofrece una presencia imponente y un talento marcial evidente. Sin embargo, el personaje de Helena Douglas, interpretada por Alexandra Eliza, se siente algo plano y su motivación, aunque relacionada con su pasado, no se explora con la profundidad necesaria. El papel de Leon, interpretado por Sonny Chiba, añade una capa de elegancia y veteranía, aunque su arco narrativo es el más limitado de todos.
El guion, escrito por Tsui Hark y Wang Hui, presenta algunos problemas de ritmo y, en ocasiones, la trama se siente un tanto precipitada. Se intenta explorar temas como la obsesión por el poder, el pasado que persigue a uno y la búsqueda de la redención, pero estos elementos se integran de forma superficial. La construcción de los personajes, como se mencionó anteriormente, podría haber sido más desarrollada para aumentar el impacto emocional de las decisiones que toman. No obstante, la atmósfera enrarecida y la tensión constante son factores que compensan las debilidades del guion. El uso de efectos especiales, aunque datados para los estándares actuales, contribuyen a la intensidad visual de la película, especialmente en las secuencias de combate.
En definitiva, "Dead or Alive" es una experiencia cinematográfica única y visceral. Su estética frenética y sus coreografías de lucha se han convertido en un referente del género, aunque su trama sea un tanto descuidada. Es una película que vale la pena ver por su valor visual y su energía contagiosa, y que sigue siendo un ejemplo de cómo se puede elevar el cine de acción a un nivel superior.
Nota: 7/10
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