Doble traición (1999)

“Doble Traición” es un thriller psicológico que, a pesar de su premisa intrigante, se siente a veces algo desordenado y, en última instancia, decepcionante. La película construye un inicio prometedor, sumergiéndonos rápidamente en la vida aparentemente tranquila de Nick y Libby Parsons, un matrimonio con un hijo en común. La desaparición repentina de Nick y las posteriores acusaciones contra Libby, creando una atmósfera de suspenso inmediato, son elementos clásicos de este género y, inicialmente, funcionan a la perfección, gracias en gran medida a la dirección de James Watkins. Su manejo de la tensión es palpable, especialmente en las escenas donde Libby, atormentada por la incriminación, lucha por mantener la cordura.

Sin embargo, el guion es donde la película comienza a resbalar. Si bien la idea central de la doble traición y la imposibilidad legal de volver a juzgar por el mismo delito es fascinante, la ejecución se vuelve, a veces, laberíntica. Los flashbacks, utilizados para revelar la compleja red de mentiras y engaños que rodean a Nick, no siempre se integran de manera fluida y, en ocasiones, interrumpen el ritmo de la narración. El intento de profundizar en la mente de Nick, el verdadero responsable de los eventos, se siente superficial y no logra dar la envergadura que se le merecía. A pesar de las buenas intenciones, algunas de las motivaciones de los personajes secundarios se presentan de forma poco convincente, lo que disminuye su impacto emocional.

Las actuaciones son, en general, sólidas, pero con algunas excepciones notables. Lesley Manville, como Libby, ofrece una interpretación magistral, transmitiendo la desesperación, la confusión y la creciente sospecha de una manera brutalmente honesta. Su personaje evoluciona de una esposa inocente a una mujer decidida a descubrir la verdad, y Manville logra capturar la complejidad de este proceso. Jon Ullman, como Nick, aunque con un trasfondo oscuro, no llega a dar la profundidad necesaria a su personaje, quedando como una figura enigmática y, en última instancia, poco satisfactoria. La química entre Manville y Ullman, cuando están presentes juntos, es palpable, pero a menudo eclipsada por la intrincada trama.

La cinematografía, aunque discreta, contribuye al ambiente general de inquietud. Los tonos grises y oscuros predominan, reforzando la sensación de aislamiento y desconfianza. La banda sonora, utilizada con moderación, acentúa los momentos de tensión. En definitiva, "Doble Traición" es una película con potencial que, sin embargo, se ve obstaculizada por un guion desordenado y actuaciones, a pesar de la excelente interpretación de Lesley Manville, que no logran alcanzar su máximo nivel. Es una película que te mantiene enganchado durante un tiempo, pero que, en última instancia, deja un sabor amargo de oportunidad perdida.

Nota: 6/10