Doce fuera de casa (2005)

“Doce fuera de casa” no es una revolución cinematográfica, ni siquiera una comedia particularmente original, pero sí una película que, a su manera, cumple con su promesa de ofrecer entretenimiento familiar ligero y con un corazón genuino. Steve Martin, en el papel de Tom Baker, logra transmitir con creces la exasperación y el cariño paternal, y Bonnie Hunt complementa su interpretación con una Kate pragmática y, a su vez, adorable. La película se basa en una premisa bastante sencilla: dos familias, rivales desde hace generaciones, se encuentran nuevamente en un verano de vacaciones, y la competición familiar inevitablemente estalla en una serie de situaciones cómicas y competitivas.

La dirección de Chris Columbus, conocido por su trabajo en “Animutaciones y el Misterio del Caso” y “La Novia Demonio”, es segura y competente. Logra mantener el ritmo de la comedia y el interés del espectador gracias a una estructura narrativa clara y a la cuidadosa selección de los momentos cómicos, muchos de ellos basados en situaciones cotidianas exageradas. Sin embargo, la película no se atreve a romper con la comodidad de la fórmula. No hay grandes giros argumentales ni sorpresas inesperadas, y el humor se mantiene en un nivel general bastante accesible, apuntando principalmente al público infantil y familiar.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Steve Martin ofrece una interpretación matizada, equilibrando la irritabilidad del personaje con la ternura de un padre que ama a sus hijos. Bonnie Hunt aporta un contrapunto realista y divertido a la personalidad de Martin. Eugene Levy, como Jimmy Murtaugh, aporta una presencia imponente y un humor sutilmente irritante, elevando el personaje más allá del simple rival. Los hijos, interpretados por un elenco joven y prometedor, son entrañables y contribuyen a la dinámica familiar que impulsa la trama. La película realmente brilla cuando se enfoca en las relaciones entre los hermanos, mostrando la complejidad y el caos inherente a una docena de niños en una misma casa.

El guion, aunque funcional, carece de profundidad y de una visión particularmente original. Las situaciones cómicas, si bien divertidas, a veces recurren a clichés y a bromas previsibles. Se centra en la competencia familiar y en la búsqueda de la perfección, temas que, si bien son comprensibles, no se exploran de forma particularmente innovadora. La película, sin embargo, tiene un valor reconfortante al celebrar la importancia de la familia, la aceptación y la valoración de los pequeños momentos compartidos. La película se siente como una comedia familiar tradicional, sin pretensiones y enfocada en divertir al público, lo cual, en esencia, es su objetivo principal y en lo que logra con éxito.

Nota: 6.5/10