Dolcissime (2019)

“Dolcissime” no es una película que te impacta con un rugido cinematográfico. Más bien, te envuelve con la delicada brisa del Mediterráneo y la calidez de un pueblo italiano donde las relaciones personales se tejen con las preocupaciones más íntimas. La película, dirigida por Francesco Piccioni, se centra en la historia de tres amigas, Mariagrazia, Chiara y Letizia, quienes se ven atrapadas en un ciclo de inseguridades y acoso escolar, exacerbado por el peso de las expectativas familiares. La trama, aunque inicialmente sencilla, se expande para explorar la compleja dinámica entre las chicas, sus sueños y sus miedos.

La película se centra en la relación entre Mariagrazia y su madre, Valeria Solarino, una exatleta que, a pesar de su éxito deportivo, proyecta una imagen de control y exigencia que genera tensión en la relación. Esta dinámica familiar es, sin duda, uno de los pilares centrales de la película. La interpretación de Vinicio Marchioni como Alice, el entrenador secreto de natación sincronizada, es, en mi opinión, la joya de la corona. Marchioni, un actor acostumbrado a papeles de mayor notoriedad, aporta una sutileza y un carisma que elevan la escena. Su personaje, al principio presentado como un chantajista, se revela como un individuo complejo, con sus propias heridas emocionales, lo que añade una capa de ambigüedad y profundidad al desarrollo del conflicto.

El guion, escrito por Piccioni y Laura Pausini, se caracteriza por su ritmo pausado y su atención al detalle. Evita los grandilocuentes clichés y se sumerge en la cotidianeidad de las relaciones, los silencios incómodos y los pequeños gestos que definen la vida de un pueblo. La dirección de arte es impecable, capturando con belleza la luz y los colores de la costa italiana, creando una atmósfera idílica que contrasta con las inseguridades internas de las protagonistas. La película no se limita a ofrecer una narrativa meramente meritoria; se atreve a explorar temas de autoconfianza, aceptación y la presión social, presentando la vulnerabilidad femenina de una forma honesta y sin sentimentalismos. La escena del entrenamiento de natación, coreografiada con una precisión asombrosa, es un clímax visual y emocional, culminando la búsqueda de superación de las chicas.

Sin embargo, debo señalar que a veces la lentitud narrativa podría resultar un obstáculo para algunos espectadores. La película requiere paciencia y una disposición a sumergirse en la atmósfera del lugar. No obstante, la belleza de las imágenes, la fuerza de las actuaciones y la profundidad de los temas abordados compensan con creces la falta de un ritmo más vertiginoso. “Dolcissime” es, en definitiva, un retrato conmovedor de la juventud, un recordatorio de que la verdadera belleza reside en el interior y que la amistad puede ser un faro de esperanza en medio de la adversidad.

Nota: 7/10