Dos chiflados en remojo (1997)

“Dos chiflados en remojo” (Two Fools and a Wet) no es una película que se compre para ser amada, sino para ser experimentada. Es una incursión deliberada en el absurdo, un ejercicio de humor peculiar y, en última instancia, sorprendentemente conmovedor. La película, dirigida por Jeff Snodgrass, se presenta como una comedia de enredos con un trasfondo de amistad y el anhelo de una vida mejor, pero rápidamente se desvía de los caminos más convencionales, abrazando un estilo que se asemeja a la obra de los hermanos Coen, pero con un toque más desenfocado y surrealista.

Joe (Joe Pesci) y Gus (Danny Glover) son dos personajes memorables, no por su inteligencia o virtudes, sino por su completa y absoluta ignorancia del mundo que les rodea. Pesci, en una de sus interpretaciones más sutiles y magistrales, ofrece una lectura de Joe que es al mismo tiempo exasperante y entrañable. Su personaje es un torbellino de frustración, ira y una lógica interna completamente ajena a la de los demás. Glover, por su parte, aporta una sabiduría tranquila y una paciencia infinita al personaje de Gus, creando una dinámica de amistad compleja y profundamente arraigada. La química entre ambos actores es el corazón de la película, y sus interacciones, a menudo cómicas y siempre incómodas, son lo que la mantienen en marcha.

El guion, escrito por Chris Hauff y Jeff Snodgrass, no se toma las cosas en serio. No hay un objetivo claro, ni una trama lineal. La película se centra en los pequeños detalles, en las conversaciones aparentemente sin sentido y en las situaciones embarazosas en las que se ven envueltos nuestros protagonistas. La dirección de Snodgrass es precisa y mantiene el ritmo constante, incluso cuando la historia se desvía por senderos inesperados. La fotografía, con sus colores vibrantes y su ambientación florida, contribuye a crear una atmósfera onírica y a reforzar el tono surrealista de la película.

Es cierto que la película puede resultar frustrante para algunos espectadores. Su ritmo pausado, su humor peculiar y su falta de resoluciones convencionales pueden ser difíciles de digerir. Sin embargo, si se permite al espectador sumergirse en su mundo, en su locura y en su búsqueda desesperada de algo mejor, “Dos chiflados en remojo” revela una profundidad sorprendente. La película explora temas como la soledad, la amistad, el arrepentimiento y la búsqueda de la felicidad, pero lo hace a través de un prisma humorístico y absurdo que la convierte en una experiencia única y memorable. Es una película que te deja con la boca abierta y una sonrisa en la cara, incluso si no entiendes del todo lo que está pasando. Es un recordatorio de que a veces, la vida puede ser absurda, pero que también puede ser hermosa.

Nota: 7/10