“Dos pájaros a tiro” es, en su esencia, un thriller de venganza meticulosamente construido, pero que, lamentablemente, no logra elevarse por encima de lo que se espera de un género tan bien establecido. La película, dirigida por Diego Zarur, se presenta como una historia de duelos entre el pasado y el presente, de secretos enterrados bajo capas de mentiras, y se siente, en muchos momentos, como una víctima de su propia ambición. La premisa, la de un hombre bajo protección de testigos que es delatado por su ex, mientras se ve acechado por un criminal buscando venganza, es intrigante y ofrece un terreno fértil para la tensión y el suspense. Sin embargo, la ejecución no siempre cumple con las expectativas planteadas.
La dirección de Zarur es competente y, a menudo, efectiva. Logra crear atmósferas tensas y claustrofóbicas, utilizando la fotografía para realzar la sensación de peligro inminente. Hay momentos en los que la película consigue una atmósfera densa y perturbadora, especialmente en las escenas nocturnas y los encuentros con el antagonista, interpretado con una frialdad inquietante por parte de Leonardo DiCaprio. DiCaprio, en particular, demuestra su habitual capacidad para transmitir personajes complejos y moralmente ambiguos. Su actuación no es grandilocuente, sino que se basa en una sutileza que le permite sugerir la carga emocional y el trauma de su personaje, sin caer en clichés dramáticos. Sin embargo, la actuación de los otros actores secundarios, en general, no alcanza el mismo nivel de profundidad, lo que a veces resta impacto a las escenas que involucran a un elenco más amplio.
El guion, aunque sólido en su planteamiento inicial, presenta algunas inconsistencias y momentos de artificio. Se intenta, sin mucho éxito, explorar temas como la justicia, la identidad y las consecuencias de los actos pasados, pero estas reflexiones quedan relegadas a un segundo plano. Se intenta manipular al espectador, generando dudas sobre la veracidad de la narración y los motivos de los personajes, pero estos juegos de espejos a veces resultan confusos y poco convincentes. El ritmo de la película es irregular, alternando momentos de acción frenética con otros de contemplación que, a menudo, resultan lentos y aburridos. La tensión se mantiene de manera constante, pero a veces se siente forzada y predecible. Además, el final, aunque tentativo, no ofrece una resolución satisfactoria y deja demasiadas preguntas sin responder. La película se queda en un limbo moral, sin ofrecer un juicio claro sobre la moralidad de los personajes o las acciones que han realizado.
En definitiva, "Dos pájaros a tiro" es una película con potencial, pero que no logra cumplirlo plenamente. La dirección es competente, las actuaciones son sólidas (principalmente DiCaprio) y la premisa es interesante, pero el guion presenta inconsistencias y el ritmo es irregular. No es una obra maestra, pero tampoco es un fiasco. Representa un entretenimiento decente para los aficionados al thriller, pero no destaca significativamente dentro del género. Se siente como un buen intento, con elementos prometedores, pero que, en última instancia, carece de la chispa que podría haberla elevado a algo memorable.
Nota: 6/10