Dos policías rebeldes II (2003)

“Dos policías rebeldes II” no busca la grandeza, ni siquiera la originalidad. Es, en esencia, una película de acción pura y dura, un ejercicio de nostalgia para aquellos que crecieron con la original y una revisión segura de la fórmula que la hizo popular: comedia, persecuciones desenfrenadas y, por supuesto, la chispa innegable entre Will Smith y Martin Lawrence. La película se construye sobre la familiaridad, abrazando con entusiasmo los clichés del género policial, pero sin intentar subvertirlos ni desafiarlos.

La dirección de Francis Ford Coppola (sí, *ese* Coppola) no aporta ninguna revolución estilística. Se limita a organizar la intrincada trama y a coordinar los momentos más explosivos. Su trabajo es competente, pero discreto. La acción es abundantemente coreografiada, con persecuciones a alta velocidad por las calles de Miami que, aunque visualmente agradables, carecen de una profundidad que las hiciera memorables. Coppola parece más interesado en la cantidad de explosiones y coches destrozados que en la construcción de personajes o la profundidad de la historia. A veces, la frenética energía de la película se siente un poco agotadora.

Las actuaciones son, en gran medida, lo más destacable. Will Smith y Martin Lawrence siguen siendo la dupla innegable que nos atrajo al cine hace tantos años. Su química permanece intacta, con momentos cómicos que genuinamente hacen reír. Lawrence, en particular, aporta un contrapeso al entusiasmo de Smith, ofreciendo algunos de los momentos más graciosos. Jordi Mollà, como el villano Johnny Tapia, ofrece una representación amenazante y convincente, aunque su personaje carece de la complejidad que podría haberle dado más peso. Gabrielle Union, como la hermana de Marcus, Syd, juega un papel más desarrollado que en la primera entrega, y aporta un toque de vulnerabilidad al grupo. Sin embargo, el personaje de Syd, aunque bien interpretado, se siente un poco plano.

El guion, guiado por el equipo de escritores, se aferra a la estructura estándar del género, con un ritmo acelerado y diálogos que, en su mayoría, son funcionales más que ingeniosos. La trama, con su intrincada red de conspiraciones y personajes secundarios, se siente un poco sobrecargada en algunos momentos, y la resolución, aunque satisfactoria, es un poco convencional. Se intenta introducir elementos de suspense, pero la película se centra en la acción, relegando la construcción de la historia y la exploración de temas más profundos. La película es una simple distracción, una película para ver en una noche de acción sin pretensiones.

En definitiva, "Dos policías rebeldes II" es un entretenimiento ligero y sin complicaciones, ideal para aquellos que buscan una película de acción familiar con una dosis de comedia. No es una obra maestra del cine, pero cumple su cometido como una película de acción olvidable.

Nota: 6/10